El “gozo” de Pablo Iglesias está en un “pozo”

Parafraseando el dicho, el “gozo” de Pablo Iglesias está en un “pozo” cada vez más hondo. Con el índice de popularidad más bajo de su aventura política, y la misma marca de Podemos precipitándose en las encuestas, el líder morado esperaba el regreso de la primavera madrileña para “ahogar” sus penas y jugárselo todo en el nuevo curso político. Sin embargo, a Iglesias ya se le ha empezado a atragantar la cuenta atrás. Como diría aquél, si pone un circo ahora, seguro que se lo cierran por tener animales en cautividad. Las expectativas se le han torcido con su papel en el pacto infructuoso con Más Madrid. Cuesta arriba, como poco, va a hacérsele mantener su plan de jugar a ser pretendiente a la presidencia de Madrid y acabar como observador y no como firmante en una situación tan peliaguda como la actual en la que a lo mejor no llega ni al 5%.

Cuando a alguien se le pone ante una situación difícil y sin escapatoria posible, solemos utilizar la expresión ‘poner en un brete’, una fórmula coloquial nada convencional. De igual manera, alguien está en un brete cuando pasa por un apuro semejante, sin posibilidad alguna de verse libre frente a tal situación. Lo decimos cuando uno lo está pasando mal o comprometido en un problema y además no puede librarse del atolladero en el que lo han metido de una u otra forma.
Se trata de un recurso fraseológico muy habitual para evitar otras locuciones más sencillas, pero también menos precisas, como el caso de ‘poner en un aprieto’, donde queda patente que se trata de situar a alguien en un conflicto o situación comprometida, mas no siempre irremediable. Los chilenos y peruanos añaden como refuerzo expresivo coloquial ‘en amarillentos aprietos’, no se sabe bien si por qué, aunque probablemente tenga que ver con la ictericia o la misma palidez que causa un susto, siendo esta una de las acepciones que el DRAE da de la voz ‘amarillo’, que, por otro lado, procede del bajo latín hispánico amarellus, diminutivo latino de amārus, que significa amargo, como amarilla es la tez de Pablo y negros sus dientes.

La RAE la define como “Aprieto sin refugio o evasiva“, mientras que la palabra brete, la que dio lugar a la expresión, significa “Cepo o prisión estrecha de hierro que se ponía a los reos en los pies para que no pudieran huir” que, también le va al pelo a nuestro amigo Iglesias por las causas abiertas y por abrir que, no me cabe duda, están al caer.

Se utiliza la expresión ‘poner en un brete’ (y también en la forma ‘estar en un brete’) para indicar una situación de aprieto en la que un individuo no puede evadirse o recursos para sortear una dificultad.

La locución hace referencia al ‘brete’, el cual consistía en una especie de cepo de madera que en la antigüedad se le colocaba en los pies a un reo con la intención de que éste no pueda escapar, lo que parece ha sido evadido por el interfecto en relación a su pareja sentimental que, siente, le va a dejar por la hija de otro boca chancla. (Después de que Iglesias la eligiera como la número 9 de su lista en Madrid, las redes sociales se llenaron de comentarios cuestionando su decisión. Hay que recordar que medios como Periodista Digital llegaron a publicar incluso que el de Podemos se mudó a un piso de la calle Serrano en Madrid con ella. Tras las publicaciones vertidas en algunos medios, la joven política fue contundente en Twitter, desmintiendo este affaire). Sea lo que fuere, sólo seria una más para apoltronar por este ser, como ha hecho con todas las anteriores féminas con o sin derecho a roce.

El brete fue muy utilizado durante la Edad Media y formaba parte de los diferentes utensilios de tortura utilizados, tanto por las autoridades como por la Inquisición, para inmovilizar a un preso con la intención de sonsacarle una confesión mientras se ejercía algún tipo de castigo sobre éste, cuestión de la que se encargarán los jueces en los juzgados de los de Madrid con los casos de corrupción.

También eran habituales los bretes en las plazas de cualquier población, en donde se colocaba al preso a modo de escarnio público. Algunos de esos cepos no solo mantenían agarrado por los pies al reo, sino también por el cuello y/o muñecas. El hecho de estar aprisionados e inmovilizados y no tener escapatoria alguna, fue lo que dio origen y sentido a la expresión.

Cabe destacar que, con el tiempo, se utilizó el término brete (el cual llegó al castellano desde el occitano ‘bret’ y a éste desde el alemán antiguo ‘brett’, cuyo significado era ‘tabla’) para denominar así al pasadizo (generalmente hecho de tablas) que existe en los mataderos por el que debe pasar el ganado que va a ser sacrificado.

Atentos a la muerte política de este intruso paravenezolano-iraní que puede acabar, también como el ganado sacrificado no se sabe si por Sánchez en el pasadizo político.

Enrique Area Sacristán.

Teniente Coronel de Infantería.

Doctor por la Universidad de Salamanca.

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