Conflictos sociales en nuestra querida Patria: la guerra a través de la paz en Cataluña.

La historia de España, guiada muchas veces por la máxima si vis pacem, para bellum, si quieres la paz, prepárate para la guerra, marcada de un lado por episodios de sufrimiento y dolor, representó al mismo tiempo un desafío intelectual para el ciudadano, sobre todo, en el siglo XIX y primer tercio del XX, especialmente con las guerras de sucesión carlistas, principio indiscutible histórico de los movimientos independentistas en Cataluña y Vascongadas.  

Galtung y otros investigadores de la paz, proponen un giro epistemológico mediante el cual será posible comprender el carácter activo, científico, factible y práctico de la deseada paz en los conflictos en general que voy a explicar sucintamente por motivos de espacio pero de aplicación a los conflictos catalán y vasco en España. Demostrarán que en verdad es una realidad que puede ser racionalizada y teorizada. Galtung insistirá, refiriéndose a la ciencia en general y a los Estudios para la paz en particular, que «no hay nada más práctico que contar con una buena teoría» (Galtung, 2003). Una teoría que permita observar no únicamente la violencia y la destrucción, sino también la posibilidad de justicia y de paz.

En este sentido la propuesta de Galtung es si vis pacem para pacem, si quieres la paz, prepárate para la paz, lo que ya es indicativo de la dificultad de encontrarla si no se fundamenta en factores culturales, sociales y político ideológicos previos (Galtung, 2003); esto como un ideal, pero también como un proyecto realizable «debemos ser realistas en nuestras mentes y mantener viva la flama del idealismo en nuestros corazones» (Galtung e Ikeda, 2007), La paz es posible, «pensad, discutid, actuad, las alternativas existen» (Galtung, 1984), insistirá este autor que, siendo un pacifista activo, conoció y ha participado en más de 40 conflictos como mediador, por ejemplo en Sri LankaAfganistán, el Norte del Cáucaso y Ecuador, etc. por las Naciones Unidas, lo que es indicativo de su nivel académico en este campo.

En los últimos años se han dado innumerables esfuerzos encaminados a estudiar y transformar los conflictos. Manuales de mediación, de resolución y gestión de conflictos pueblan las bibliotecas y librerías. Parece haber una especie de consenso en que finalmente los conflictos pueden ser aprehendidos, pero que no se refleja, como también para el caso de la paz, en un concepto univoco para todos. En esa línea considero oportuno mencionar los que a nuestro juicio definen en Galtung el perfil o la identidad del conflicto:

  • El conflicto es crisis y oportunidad.
  • El conflicto es un hecho natural, estructural y permanente en el ser humano.
  • El conflicto es una situación de objetivos incompatibles.
  • Los conflictos no se solucionan, se transforman.
  • El conflicto implica una experiencia vital holística.
  • El conflicto como dimensión estructural de la relación.
  • El conflicto como una forma de relación de poderes.

En Galtung está claro el principio: una teoría de conflictos no sólo debe reconocer si los conflictos son buenos o malos; esta deberá fundamentalmente ofrecer mecanismos para entenderlos lógicamente, criterios científicos para analizarlos, así como metodologías (creatividad, empatía y no violencia) para transformarlos.

Una de las lecciones que Galtung afirma reiteradamente haber aprendido en sus ya más de 50 años de trabajo como investigador sobre la paz (Oslo enero de 1959) es que «las teorías de los conflictos son para la eternidad». Evidentemente esta constatación bastante realista, en medio de un mundo en constante cambio, tiene que empujar a una redefinición constante de las categorías mentales y por ende de las concepciones científicas que son los medios con los cuales nos acercamos a conocer y comprender la realidad en la que vivimos.

Las dos hipótesis guía en el análisis de las tesis de nuestro autor son:

a) Es factible una teoría general de conflictos que abarque los diferentes niveles de la existencia humana: micro, meso, macro y mega.

b) El camino hacia la paz pasa a través de la teoría y la práctica de la resolución de conflictos (transformación y trascendencia).

Así mismo, la dimensión científica de los conflictos estará marcada a su vez, en forma transversal, por algunas variables que comparte con los Estudios para la paz. Así tenemos:

  • Transnacionalismo, que para Galtung es «el esfuerzo por ver la contradicción entre los conflictos y la paz no sólo desde el punto de vista de la propia nación o como un peligro para su seguridad y la paz, sino como una oportunidad para promover los intereses de esa nación» (Galtung, 2007). Esta tesis se basa en los cuestionamientos históricos que imposibilitaron que se llegara a una vía intermedia en el período de la Guerra Fría, donde fue inadmisible pensar en alternativas como binacional, bibloque, birregional.
  • Transdisciplinariedad, con un razonamiento lógico Galtung sostiene que las paredes que dividen el conocimiento humano en compartimentos separados, tarde o temprano, caerán porque, «la realidad, la totalidad y la problemática de la condición humana, no se divide en compartimentos».

Con los Estudios para la paz y los conflictos, al igual que el estudio de las enfermedades en los estudios de la salud, la historia está impulsada a buscar información general no solo para la comprensión más profunda de las cosas singulares sino para tejer complejas cadenas causales a través del tiempo y detallar los vínculos funcionales en el espacio (Galtung, 2007). Es decir, poner en diálogo método inductivo y deductivo.

Para llegar a un concepto de conflicto, Galtung hace un ejercicio de síntesis conceptual producto del análisis y la interacción de diferentes intentos de respuestas o tendencias, que a largo de la historia de la humanidad se dieron los hombres para poder explicarse este fenómeno:

– Una primera línea de respuestas se enfocan sobre aspectos interiores al ser humano (como el odio). Por ejemplo, Freud subraya la raíz de estos en procesos y en contradicciones personales (entre el Ello y el Súper Yo).

– Una segunda línea se concentraba fundamentalmente en la incompatibilidad de objetivos de las partes (Darwin, competición).

– La tercera línea se focaliza en el hecho externo de las contradicciones. Marx se centra en las contradicciones intra-sociales (entre capital y trabajo, o entre los medios y los modos de producción).

Como se puede apreciar, estas respuestas giran en torno a las dimensiones interiorexterior y al entre de las relaciones humanas. No se podría prescindir de ninguna de ellas si de un análisis completivo y objetivo de los conflictos se trata; en efecto la interacción de estas tres dimensiones, nos darán en Galtung, una definición de conflicto. Es decir, conflicto es: Actitudes, presunciones + comportamiento (Behaviour) + contradicción.

Las actitudes (aspecto motivacional) se refieren a cómo sienten y piensan las partes de un conflicto, cómo perciben al otro (por ejemplo, con respeto y amor o con desprecio y odio), y cómo ven sus propias metas y al conflicto en sí mismo. El comportamiento (aspecto objetivo) alude a cómo actúan las partes durante el conflicto: si buscan intereses comunes y acción creativa y constructiva o si tratan de perjudicar y causar dolor al otro. La contradicción (aspecto subjetivo) tiene que ver con el tema o temas reales del conflicto y con como este se manifiesta. Las partes muchas veces difieren en su percepción de cuál es la contradicción o raíz del conflicto. En muchos casos, tales cuestiones son complicadas y están ocultas, ya que las partes y los actores del conflicto de ambos lados (incluidos políticos y medios de comunicación) prefieren centrarse en las actitudes y la conducta, tanto la suya propia (que en general se auto-concibe como positiva) como en la del otro (que suele describirse generalmente como negativa).

Las estrategias para el manejo de conflictos sociales dependen, en gran medida, de las imágenes socio-filosóficas de la sociedad.

Th. Hobbes opina al respecto que la guerra de todos contra todos representa el estado natural; por eso, para el manejo de conflictos, recomienda

 • que el Estado tenga autoridad para dominar los conflictos,

• que exista un monopolio estatal de las fuerzas del orden (policía, militares) y

• que haya una legislación y una administración de justicia estatales.

Para Karl Marx los conflictos surgen debido a las luchas por la distribución, en constante aumento, entre la clases poseedora y dominante, por un lado, y la clase desposeída y oprimida, por el otro. Por lo que, para él, la solución de los conflictos consiste en crear una sociedad sin clases. Hobbes y Marx perciben los conflictos de forma negativa y quieren eliminarlos.

Dahrendorf, en cambio, señala sus aspectos positivos. Según él, la coacción y la dominación caracterizan la convivencia, y si bien éstas pueden manejar conflictos, también generan constantemente nuevos. Dahrendorf considera la capacidad de conflicto de la sociedad como indicio y medida de la capacidad de modernización de un sistema social. Los sistemas rígidos desplazan los conflictos hacia afuera (creación de chivos expiatorios y de imágenes del enemigo hasta llegar a la guerra); los sistemas abiertos y móviles cambian con los conflictos.

Por lo general, los conflictos sociales no tienen solución, sólo son atenuables; al respecto también se aplican instrumentos tales como el desplazamiento y el ocultamiento de conflictos. Hay dos estrategias típicas para procesos políticos:

• la búsqueda de compromisos (asociativo) y

• la solución disociativa mediante la no solución porque las discrepancias son demasiado grandes. En tales casos se aplican estrategias de movilización: manifestaciones, huelgas y otras formas de resistencia.

Hay buenas y malas soluciones de conflictos y no es raro que una misma solución sea considerada buena por una de las partes y mala por la otra. Los criterios principales para juzgar la utilidad de las soluciones de conflictos rezan:

1. Calidad (el criterio lógico).

2. Aceptabilidad (el criterio psicológico). Esto significa que la solución de un conflicto es tanto más útil cuanto mejor satisfaga pretensiones lógicamente racionales – por ejemplo, con respecto a los costos que genera – y cuanto más sea aceptada por todos los involucrados con menos reparos.

Este es sólo uno de los muchos conocimientos adquiridos en la investigación de conflictos, una de cuyas áreas importantes es el de la disolución de conflictos. Para juzgarlo son particularmente importantes dos aspectos de la investigación:

1. el proceso de la solución de conflictos en sus diversas fases y

2. los diversos resultados posibles de las soluciones de conflictos. En lo esencial, el proceso de solución de conflictos está determinado por dos variables: por el nivel del valor, es decir, el valor material o ideal del bien sobre el cual debe decidir la solución, y por la posibilidad existente o no de conciliar intereses

El caso más problemático es, con seguridad, aquel en el que hay que decidir respecto a un conflicto considerado de gran importancia por todas las partes y en el que no es posible lograr un acuerdo mediante, por ejemplo, concesiones mutuas. Normalmente, si no hay una instancia superior, este conflicto lleva a confrontaciones violentas que terminan con la victoria o con la derrota, o bien se llega a la aceptación de una instancia superior como mediadora, cuando las partes en conflicto están agotadas. No obstante, si existe una instancia superior, deberá ser llamada para tomar una decisión.

 Si para ambas partes el nivel del valor del conflicto es alto, debe tomarse una decisión que para una de las partes signifique la victoria y para la otra la derrota. La calidad de la decisión aumenta cuando es aceptada por el grupo o por la persona derrotados.

Si el conflicto posee un valor mediano para las partes, es más sensato que lo solucione un mediador, cuya tarea consistirá en examinar los intereses divergentes de ambas partes de tal modo que, en lo posible, se llegue a una decisión que beneficie a las dos (estrategia ganar-ganar). También puede investigarse la “curva del menor dolor” y actuar de conformidad.

Si para las partes en conflicto es escaso el valor de una situación en la que se necesita llegar a un acuerdo sin que sea posible conciliar los intereses, pueden elegirse soluciones aleatorias (sorteo).

 En la elección de los arcos antes de que se inicie el partido de fútbol, una decisión aleatoria es posible y también aceptada. Ese no es el caso, empero, cuando se trata de un tiro penalti: aquí el valor es demasiado alto para ambas partes.

Cuando no se requiere un acuerdo, las decisiones que se toman son muy distintas. Se dan resultados de alto valor que consisten en abandonar el campo (huída) o en excluir (despido). Si el valor es escaso, es posible fingir que no hay conflicto; generalmente esta solución no da resultados satisfactorios: tarde o temprano el conflicto volverá a estallar o se manifestará en otros ámbitos. Siempre que se puedan conciliar intereses, se buscan soluciones auténticas. Si el valor es alto, puede llevarse a cabo de forma conjunta o con la ayuda de un mediador; si el valor es mediano, pueden negociarse estrategias ganar-ganar, también consistentes; si el valor es bajo, se puede llegar a una coexistencia pacífica. Tal coexistencia pacífica, sin embargo, también puede darse en casos en los que el valor es muy alto y no existe la posibilidad de conciliar intereses; pero esta solución sólo será efectiva hasta que una de las partes en conflicto se sienta más fuerte y tenga un beneficio estratégico.

Finalizando este artículo, La Paz por medios pacíficos tiene que ser afrontada con mucha racionalidad y profundo respeto por el hombre y sus necesidades básicas (bienestar, libertad, identidad y sobrevivencia). El proyecto de Paz por medios pacíficos pone al hombre como punto de partida, no a ideologías, credos, partidos políticos, países, etc.

La base epistemológica del proyecto de la Paz con medios pacíficos está centrada fundamentalmente en el esfuerzo de hacer inteligible una idea antropológica de paz transformándola en un concepto teórico de paz. Históricamente tenemos tres etapas acumulativas por los que transcurrieron estos esfuerzos:

  • Primera etapa: Paz negativa y estudios científicos para la guerra.
  • Segunda etapa: Paz positiva, estudios sobre cooperación al desarrollo, desarme y refugiados.
  • Tercera etapa: Paz cultural y Cultura de paz, nuevas culturas versus nuevas realidades.

Concretamente la tesis para una epistemología de la paz en Galtung, que son en cierto modo complementarias a las concepciones tradicionales de la ciencia, se basa en la introducción o puesta en evidencia de los valores y el constructivismo como elementos del método (datos, teorías) y como enfoques de este (empirismo, criticismo) respectivamente.

Esperemos que esto sea así en el proceso que se ha iniciado, si algo diferente se ha iniciado, con los indultos.

En Galtung una teoría de conflictos necesita una teoría de la violencia. Esta afirmación estaría basada fundamentalmente en dos constantes (Galtung, 1998):

  1. La violencia vista como el fracaso en la transformación de conflictos.
  2. La violencia como el motor de las reservas de energía que pueden ser utilizadas para fines constructivos, no solo para fines destructivos. No son fracasos del todo, son también oportunidades.

Cuando hacemos referencia a la violencia siempre la ubicaremos en el contexto del conflicto, dado que puede haber violencia sin conflicto y conflicto sin violencia.

Un conflicto (crisis y oportunidad) puede desarrollar una meta-conflicto, es decir, una agudización negativa de la crisis que llamamos violencia y que puede ser de carácter planificado o espontáneo, visible o invisible, presente o futuro. Para Galtung la violencia tiene una triple dimensión: Directa, Estructural y Cultural. Operando con estas tres dimensiones, se llama violencia a la «afrenta evitable a las necesidades humanas» (Galtung, 2003). Es de desear que los políticos nacionalistas catalanes, entre otros, no hayan planificado la afrenta como medio de conseguir sus objetivos de independencia que no dejarían otra opción que la aplicación para la Nación de la máxima para los técnicos de la guerra, “si vis pacem para bellum”, en lugar de la más racional “si vis pacem para pacem”.

Enrique Area Sacristán.

Teniente Coronel de Infantería. (R)

Doctor por la Universidad de Salamanca.

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