En su intensa trayectoria editorial, el doctor Enrique Area Sacristán nos obsequia ahora con una nueva obra en la que sigue amplificando y profundizando el estudio de la dinámica de los nacionalismos. Bajo el título provocador de “La destrucción de la nación”, el doctor Area, con el rigor y el espíritu de servicio que caracteriza al militar, no sólo presenta un extenso, documentadísimo y penetrante examen del papel que los nacionalismos centrífugos desempeñan en la posible disolución de la Nación española, sino que, además, con tanta sensatez como audacia, reflexiona sobre los caminos practicables tanto para evitar el inquietante proceso como, sobre todo, para encontrar un futuro ciudadano integrador.
Partiendo de una clave no sólo filosófica sino científica, el doctor Area tiene la virtud de hacer explícito el fundamento de su análisis del fenómeno nacionalista. Muchas veces se ha entendido el nacionalismo como resultado de, por usar la contraposición de Hiirschman, las “pasiones” en vez de los intereses, Sin negar la fuerza de las pasiones y de los mitos, el autor enfatiza acertadamente la “teoría de los intereses” como instrumento privilegiado de la explicación, coherente, de hecho, con el decurso histórico de la formación de los nacionalismos periféricos en España y con sus estrategias tanto de expansión y consolidación de la ideología nacionalista como de “construcción nacional”, en las que el adoctrinamiento y la educación constituyen las verdaderas líneas de fuerza: desde los intereses se van creando y despertando las pasiones. E igualmente, desde el nacionalismo se edifican las naciones, como tantos brillantes analistas han acreditado, frente a la romántica idea de la nación cono mística entidad antecedente.
El muy serio estudio de la génesis y desarrollo en España del conflicto vasco-catalán que el que el doctor Area nos ilumina, haciendo hincapié tanto en las formas doctrinales e ideológicas como en su presencia en los debates políticos sobre el federalismo y en los modos en que este trasfondo se substancia en la Constitución del 78, aclara las auténticas dimensiones que posee la dialéctica Nación-naciones en nuestra historia de los últimos dos siglos y que, lejos de resolverse, viene configurando nuestra vida pública: el “muera la Nación”, lema de los absolutistas, justamente, doscientos años los Cien mil hijos de San Luis, invadieron España para abrogar las libertades ciudadanas y el régimen constitucional, es lo que significa la afirmación de las “naciones”. ¿Cómo hacer frente a esta destrucción, no ya de la idea nacional, democrática, igualitaria e integradora de la Nación Española, sino de su misma realidad sustantiva? Esto es lo que se pregunta el doctor Area, examinando con detenimiento, disciplina, ecuanimidad y amplitud de miras, ajena a todo pensamiento dogmático, y una enorme generosidad moral –que quizá sea equivocadamente juzgada por algunos- las vías legales para salir de un torturante enredo secular que amenaza con inminencia nuestra vida común como españoles y europeos y que no deberíamos dejar como pesada herencia a nuestros sucesores.
Pedro A. Cordero Quiñones
Universidad de Salamanca
