Prólogo del General Inspector General de Sanidad de la Defensa.

Buscar en la Historia lo que nos ayude a progresar.

La vida está llena de incidencias, pero todas ellas suelen tener un pasado común, un pasado que se llama Historia. Esto se hace notar muy especialmente en la milicia y en la sanidad pues si bien la una nos defiende frente a las agresiones externas, la otra también nos protege de las agresiones internas.

Centrándonos en la Sanidad, vemos que clásicamente la hemos dividido en cuatro grandes partes genéricas, con subdivisiones posteriores que son: la medicina, la cirugía, el diagnóstico y la terapéutica. Y resulta admirable ver como ya en la época andalusí se consideraban esos cuatro aspectos básicos, aún no completamente superados.

Así, la medicina de al-Ándalus tiene grandes exponentes como Averroes, Maimónides y otros muchos. La cirugía es hija de Abulcasis, ese gran innovador en los terrenos de la traumatología,
obstetricia, oftalmología y otras muchas cirugías. En cuan- to a la terapéutica, Ibn Wafid, con su
libro de los medicamentos simples, inicia en la teoría y en la práctica el mundo de la botánica
orientada a la terapia, siendo de algún modo el comienzo de la moderna farmacia. Por otra parte, el diagnóstico es una práctica común de todos ellos. No solo con la historia clínica, bien demostrada en el manuscrito 887 de El Escorial, sino incluso con pruebas de todo tipo, orientadas a distinguir entre los diversos procesos patológicos posibles.

Este libro, que posee el mérito de la búsqueda donde apenas hay información – el siglo XI andalusí
– nos presenta una panorámica de lo que posiblemente fuera la sanidad en ese tiempo. Así vemos
que tras la seda existente para dar puntos, existen diez siglos de historia o que ya en el siglo X se cauterizaban heridas.

Pero sobre todo, los protocolos basados en actitudes prefe- rentemente conservadoras, con objeto de producir el menor daño colateral al paciente, eran ya comunes en ese siglo X, a través de Abulcasis. Y es admirable que precisamente en un mundo lleno de inducciones místicas y esotéricas, como lo es el de al-Ánda- lus, aparezcan los primeros científicos serios de occidente.

La Historia es importante y en este caso nos recuerda que los seres humanos nos crecemos ante las dificultades. Nuestra Sanidad Militar, como otras muchas instituciones públicas y privadas,
está atravesando un periodo difícil, un periodo que necesita ser superado con esfuerzo e imaginación de todos. Y no me cabe duda de que así va a ser, porque la Historia nos lo demuestra siempre, una y otra vez.

Espero que este libro nos sirva a todos de reflexión y estímulo al respecto.


Luis Hernández Ferrero General de División Médico
Inspector General de Sanidad de la Defensa

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