La doble vara de medir de la izquierda viene de lejos.

El caso de la izquierda sería digna de estudio y está muy bien representada en las figuras de María Antonia Iglesias y Enric Sopena, conocidos y pesados contertulios de Telecinco en su época como quedó reflejado en el blog de dirección www.blogpoliticajoven.blogspot.com/2010/04 . Y es que éste último, Sopena, dejó en más de una ocasión al descubierto su sectarismo más absoluto para criticar al padre de Mariluz o al profesor Neira por el delito de renunciar al carné socialista el primero y a aceptar un puesto ofrecido por la Comunidad de Madrid el segundo. Además, tanto Sopena como Iglesias insultan a Neira por un libro que publicó en su día criticando la constitución. Lanzaron contra él acusaciones como que era un fascista, que no era democrático, que no respetaba los valores de la constitución… y que cómo no, no podia ocupar el cargo que ostentaba en el Observatorio de la Violencia Doméstica. Y todo esto es sorprendente por la sencilla razón que criticar la Constitución y nuestro sistema no tiene nada que ver con ser un antidemócrata. ¿hay democracia si no hay separación de poderes? ¿Se es un fascista por decir que este régimen es heredero del franquismo, pues se dio legitimidad al régimen, legitimidad que se traspasó al régimen actual? ¿Son demócratas aquellos que aprovechan cualquier opinión contraria para tacharle de fascistas o de ultra? ¿Por qué se ataca de esas maneras a quienes no piensan como ellos, no ya Iglesias y Sopena?, ¿sino el PSOE? Ya decía Azaña que la República debía ser gobernada por los republicanos, si hemos de entender que ellos eran los únicos que se consideraban como tal, debemos concluir que lo que realmente quería decir es que sólo ellos tenían derecho a tener el poder. Vistos los hechos durante la segunda República y a los personajes que los protagonizaron (Azaña, Largo Caballero, …) tal afirmación es correcta.

¿Es por eso por lo que sería digna de estudio toda la izquierda? No, ni mucho menos. Hay dos razones:

Un tal James Lovelock dice entre otras cosas (Libertad Digital): “Los seres humanos son demasiado estúpidos para prevenir el cambio climático. […]No creo que hayamos evolucionado hasta el punto de ser lo suficientemente inteligentes como para manejar la complejidad que implica el cambio climático. […] La democracia moderna constituye en la actualidad uno de los principales obstáculos para llevar a cabo una acción política significativa contra el cambio climático. Incluso las mejores democracias coinciden en que cuando se aproxima una gran guerra, «la democracia debe ser suspendida durante algún tiempo. Tengo la sensación de que el cambio climático puede convertirse en un problema tan grave como una guerra. […] Tal vez sea necesario poner la democracia en espera durante un tiempo. Necesitamos un mundo más autoritario. […] todos pueden expresar su opinión. Esto está muy bien, pero hay ciertas circunstancias [como en caso de guerra] donde eso no se puede hacer. Tienes que disponer de un pequeño grupo de personas con autoridad en la que confíes para que adopten las decisiones políticas precisas.

Los ecologistas empiezan a desvariar pidiendo la eliminación de nada menos que la democracia para acabar con algo que no está demostrado científicamente y sí hay indicios de que se trata de una gran mentira, recuerden la noticia de ese hacker que puso al descubierto los correos internos del organismos que se encarga de las estadísticas del cambio climático y cómo manipulaban las cifras. Me imagino que esas personas con autoridad es una petición para que los gobiernos incluyan a ecologistas en sus gabinetes. Con todo, ese señor puede estar seguro si viene a España, la izquierda le dejará muy tranquilo.

Otro, es el de siempre, Santiago Carrillo. El conocido como héroe de Paracuellos realizó un encuentro digital en El País. Pondré algunas perlas

¿Cuál de sus ‘viejos camaradas’ le dejó más hondo recuerdo?

Quien hondos recuerdos me ha dejado es Dolores Ibárruri, Pasionaria, porque es con la persona, con la vieja camarada, con la que he trabajado más años, y la que más me apoyó en la difícil tarea de encabezar el Partido Comunista.

Se dice que, tras la última intervención en el Congreso de José Calvo Sotelo, alguien sentenció “has hablado por última vez”, más tarde la guardia de asalto entraría en su casa y lo mataría poco después, entre esa guardia se encontraba Luis Cuenca, su asesino, guardaespaldas de Indalecio Prieto y miembro de las juventudes socialistas. Cabe destacar que previamente se habían dirigido a la casa de Gil-Robles con el mismo propósito, pero no lo hallaron allí. Ese alguien en el Congreso fue, según parece, La Pasionaria.

Ahora viene lo más divertido a la par de patético

¿No cree usted que IU debió haber condenado la muerte del preso político Orlando Zapata, los atropellos contra las damas de blanco y los disidentes en Cuba, en vez de mirar a otro lado? ¿Qué opina usted de la situación en este país?

De la situación actual en España, pienso que es una situación muy confusa, muy compleja, por la crisis económica, y por los procesos de corrupción de miembros del Partido Popular, generalmente, que están desacreditando la política y los políticos, lo que me parece muy grave. En cuanto a lo de Cuba, hoy no toca hablar de eso.

Sí señor, un buen comunista no puede criticar al régimen que admira, por muy asesino y totalitario que éste sea [el régimen, no el hombre, aunque… Una bonita manera de desviar la atención y de demostrar que la vida de los represaliados por parte de sus amigos le importa un pito. Clama al cielo

Buenos días señor Carrillo. Quería preguntarle si aprueba el revisionismo de algunos magistrados, como Garzón, para juzgar los crímenes de la Guerra Civil y el Franquismo. En caso afirmativo, me gustaría saber si también considera que deberían someterse a juicio los crímenes cometidos durante el conflicto por el bando republicano, cuyos autores tampoco fueron castigados.

A esta pregunta mi respuesta es la siguiente: los crímenes que se produjeron en el campo republicano, mucho menores de los que hubo en el franquista, fueron juzgados muy severamente al terminar la guerra por el régimen franquista. Miles de personas fueron ejecutadas como consecuencia de aquello. A las ejecuciones se unió el denigra miento de esas personas. Creo que, si hubiera que juzgar hoy algún crimen, sería el de los franquistas que naturalmente no sólo no se juzgaron a sí mismos, sino que glorificaron y premiaron a los autores de sus crímenes. De todas maneras, pienso que hoy no se trata tanto de juzgar crímenes de hace muchos años sobre los cuales el juicio de la historia fue decisivo, sino de dar sepultura cristiana o civil […]

Hay que protegerse, no sea que se pida algo y se aplique a todos.

Aquí viene la barbaridad:

Le escribo desde la Comunidad Valenciana, dentro de unos minutos se abrirá el secreto del sumario del caso Gürtel que en esta Comunidad apenas pasa factura política a quiénes están imputados y al partido que representan. ¿Qué la parece la ‘normalización y asimilación’ de la corrupción en la vida política española?

[…]Lo grave de esta lacra es que hace perder la confianza en la política y en todos los políticos y crea siempre un terreno favorable a la aparición de un salvador que dictatorialmente nos saque de esa situación. Y ahí nos encontramos sin libertades y con más corrupción. Yo creo que en este país hay un partido, el Partido Popular, que o realiza seria renovación, o debería dejar de ser una alternativa de gobierno, porque un partido que ha llegado al extremo al que ha llegado éste, puede convertirse en un peligro para la democracia.

Qué debemos pensar del PCE y sus excesos fundamentalmente durante la República y guerra civil; del compadreo del PNV con la ETA; de los GAL, de Filesa, de Roldán, del Faisán, … ¿Qué está pidiendo Carrillo, ilegalizar un partido contrario a sus ideas calificándolo de peligroso para la democracia? ¿Qué pasaría si alguien lo pidiese del PSOE, atendiendo a esos dudosos 100 años de honradez y ni uno más? ¿Dónde están Iglesias y Sopena para llamarle fascista y antidemócrata? Ni están ni se les espera.

Por lo demás, pide la socialización de los medios de comunicación (como ha hecho Chávez con los medios críticos); una llamada a los jóvenes a “volver a empezar” para cambiar el sistema, quizás con deseos de reeditar el octubre del 34 o los sucesos del 36 que dieron lugar a la guerra civil, quién sabe; también un “pienso que los políticos de ultraderecha son más numerosos de lo que pensamos, no han cambiado absolutamente nada y se parecen demasiado a los del pasado. Creo que habría que descartar de la política a los que son incapaces de dialogar, de hacer acuerdos, para que España siga progresando”, ¿una llamada a la persecución de los derechistas? ¿has cambiado en algo, Santiago, desde la guerra civil? Creo que eres el menos indicado para juzgar si los demás han evolucionado, tú no lo has hecho pues sigues manteniendo un lenguaje guerra civilista que invita a la destrucción del rival político.

Y poco más entre tanto buen rollo con una persona con su currículo.

Como vemos, el trato de la izquierda a quien se manifestó libremente como Jesús Neira, aunque sea para mejorar la democracia, es muy distinto al que dedica a sus amigos ideológicos, aunque pidan la reducción de la democracia cuando no su demolición.

Y esto pasaba ya desde hace muchos años heredado de la propaganda de los Movimientos social comunistas de la época de la Guerra Fría.

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