A la vista de Irene.

Enrique Area Sacristán.- Los propios académicos de la RAE tienen serias dudas sobre la procedencia del vocablo puta, incluyendo al inicio de su descripción un ‘quizá’, para continuar diciendo que proviene del latín vulgar ‘puttus’, que era una variante de la palabra ‘putus’ con la que se llamaba a un niño o niña en tiempos de la Antigua Roma.

Todo parece indicar que, debido a la prostitución infantil de la época, quedó asociada la práctica de ese oficio con el término puttus. De hecho en el castellano del medievo puede encontrarse numerosas referencias a los términos putto – para referirse a un niño o muchacho- y putta –a una niña o muchacha-.

Cabe destacar que el célebre lexicólogo Sebastián de Covarrubias, en su Tesoro de la lengua castellana (1611) indicaba que, posiblemente, el término ‘puta’ provenía del vocablo ‘putida’, el cual se usaba en la época para referirse a alguien o algo maloliente o podrido. Aunque esta es una etimología muy discutida y criticada por la mayoría de expertos en el caso que nos ocupa tiene todo su explendor: ¡sucia y mal oliente, podrida moralmente!

*Teniente coronel de Infantería y doctor por la Universidad de Salamanca.

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