Pedro Sánchez o «dar la lata» o «ser un latazo».

Estimado Pedro:

Después de Franco, han venido muchos ignominiosos latazos por tu parte, a cual más falso, siendo el último la asquerosa Ley de amnistía y todos los engaños con afirmaciones que, dices, han realizado miembros de la Unión Europea y, con el pacto logrado con los golpistas, la Comisión de Venecia, formada, según miembros de tú Gabinete, por 47 Países de la Unión, cuando la formamos 27.

Consultando mi libro de cabecera para estos menesteres, El porqué de los dichos, resulta que la frasecita tiene dos sentidos. Por un lado, y el que más ha trascendido, es el de ser un coñazo, dicho sea en román paladino y para que nos entendamos bien. Pero primitivamente tuvo otro sentido más doloroso: el de dar un golpe, un palo. Os haré un resumen de su origen, porque esto es un artículo y la gracia del escrito es que sea breve. Pero si queréis saber más y con más detenimiento os invito a consultar el ‘librito’ de José María Iribarren, donde da una prolija, o extensa, si preferís, explicación de toda la etimología.

Para el sentido de ser un plasta, de soltar peroratas insoportables, de dar la murga, vamos, se cree que el origen puede estar en los carnavales donde los congregantes hacían sonar, bien golpeando, bien arrastrando, latas vacías. Imaginaos el estruendo debajo de la ventana de vuestra casa. Tan bonita tonada se regalaba también, en distintos lugares del mapa español, a los viudos que se volvían a casar con mozas más jóvenes o a los vejetes que jugaban a ser playboys al estilo monegasco, contrayendo nupcias con guapísimas jovencitas a las que les atraía el amor y no el dinero, of course. Mola, ¿eh? Concentración total en la noche de bodas. Si a graciosos no nos gana nadie, la verdad.

Pero si nos ponemos técnicos y etimológicos, autores como Dámaso Alonso dicen que lata en español puede tener el mismo significado que latte en francés: o sea, palo. Al igual que sus derivados ‘lato’, ‘late’o ‘latta’ en provenzal, italiano o portugués. Y que latazo tiene el sentido de ‘golpe con la lata, con un palo’.

Curiosamente, en portugués y en español ha quedado fijado en el colectivo el sentido de que golpear repetitivamente algo con una maza puede ser aburrido y fastidioso. Tan aburrido y fastidioso como un discurso de los tuyos y de cualquiera de los miembros de tú Gobierno con el mejor talante.

Según don Dámaso, este uso de ‘latazo’ como ‘dar palos, golpes’ estaba muy extendido en el ámbito rural y muy poco usado en las ciudades. Pero el invento de la lata, hojalata, cambió las cosas y en algún momento la palabrita dejó de identificar al palo o la maza. Sin embargo, su sentido de “molestia, aburrimiento” sí trascendió y ha llegado hasta nuestros días pudiendo afirmarse que ya molesta y aburre, todas las falsedades de la que eres autor, en muchos casos, fraudulento; siendo el verdadero artífice el expresidente Zapatero, auténtico inventor de todo lo relativo a tus pactos con el independentismo catalán.

A mí me vale cualquiera de las dos explicaciones. Pero como soy de natural alegre y propenso a la juerga, me quedo con lo del carnaval, que es más divertido y menos violento. Porque las serenatas hace ya tiempo que pasaron de moda. Y si es para romper la concentración en cualquier lance amoroso, gracia, lo que se dice gracia, no tiene ninguna a excepción para algunos cuya mujer u hombre no se sabe lo que es y puede resultar violento/a, aunque para gustos están los colores, si no que le pregunten a Marlascón.

Enrique Area Sacristán.

Teniente Coronel de Infantería. (R)

Doctor por la Universidad de Salamanca.

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