El policía espia, «pene de oro».

El ‘síndrome del pene dorado’ ocurre en poblaciones o entornos en los que son predominantes las mujeres, entérese de qué trata.

Estas mujeres heterosexuales o lo que sean según las apreciaciones LGTBI de Irene Montero, de la CUP, se habrán preguntado ahora, una vez fornicadas por un “asqueroso policía español”, por qué no les va bien con los hombres de “raza” catalana o por qué han sido víctima del llamado ghosting; puede que esto se deba por el síndrome del pene dorado o de oro.

Por si aún no has pillado el concepto, te explicamos exactamente en qué consiste el ghosting. Es un término inglés que viene a expresar la acción de actuar en las relaciones interpersonales como un fantasma, con la capacidad para desaparecer en cualquier momento y de manera extrema, no dando ninguna explicación ni posibilidad de tener ninguna conversación. Se puede dar entre dos personas que acaban de conocerse o formar parte de una pauta de actuación en una relación durante mucho tiempo. Es cuestión de lo que aguante la victima de este maltrato emocional o de lo que tarde en cansarse de reaparecer el fantasma en cuestión.

El término del síndrome del pene dorado al parecer fue generado por los estudiantes del Sarah Lawrence College, cuyo cuerpo estudiantil está formado por un 75% de mujeres y un 25% de hombres, como forma de describir lo que sucede en entornos, como escuelas, lugares de trabajo, ciudades, en los que las mujeres heterosexuales superan en cantidad a los hombres heterosexuales.

Lo que sucede en ese tipo de contextos es que un chico generalmente no tendría competencia en términos de salir con alguna chica, este individuo recibiría bastante atención, debido a los pocos hombres que hay a su alrededor, y esto podría subírsele a su cabeza y aumentar su ego.

Entonces la autoestima de este personaje estaría por los cielos, es decir, se cree todo un premio para la mujer con la que esté, a quien le haría sentir que está bien hacer lo mínimo en términos de citas o de romance.

El síndrome del pene dorado es común en lugares en lo que la población femenina es predominante, en Estados Unidos un ejemplo de esto son las ciudades como Jackson, Mississippi, Springfield y Massachusetts, y sucede en una gran variedad de campus universitarios, así lo reporta Jon Birger, autor de ‘Make Your Move’.

Este experto, durante sus viajes a lo largo de este país norteamericano, habló con estudiante para su primer libro llamado ‘Date-onomics’, en ese momento se dio cuenta que en los lugares en los que había más mujeres, “no había nada especial en estos chicos…”, pero gracias a la desproporción de sexos, “realmente creían que tenían el ‘pene dorado’”.

Parece evidente que, aun desconociendo el número de hombres heterosexuales en los Movimientos catalanes sediciosos, un policía español ha puesto en solfa la hombría de estos sediciosos bregando sexualmente a las féminas independentistas necesitadas del pene de oro del policía español infiltrado por, supongo yo, la falta de ellos en las filas políticas de los independentistas.

Tras un ghosting perfecto del Policia infiltrado para conseguir información, pensamos que quizá lo único que les queda para la venganza femenina apoyada en la Ley del «si es si» y el Código Penal es interponerle una querella al policia que cumplia con su obligación de manera excepcional. Puede que aparezcan en nuestra mente millones de formas de revancha. Es un sentimiento lógico. Pero la mayor y mejor forma de venganza es olvidarnos de que queremos hacerlo. Hemos de elaborar nuestra particular y única lista de valores o cualidades positivas que nos diferencian de todas aquellas personas de moral dudosa. Al haber estado con personas que se hacen pasar por disfuncionales, nuestra personalidad ha podido verse contaminada. Volver a recordar la escala de valores les permite tomar perspectiva. Cuando un empático hace un descarte o ghosting es una prueba de supervivencia, para poder cortar una relación de peligro y apartarse definitivamente de esa persona dañina que, en este caso es evidente, corria el peligro de que las inclitas le cortaran el don que Dios le ha proporcionado. Es una manera de autocuidado y de amor propio. Es la señal definitiva de que poner tierra de por medio es la única forma de finalizar el contacto con este tipo de trastornadas emocionales que carecen de aptitudes mínimas incluso para poder terminar «una relación político sentimental» de manera adulta: la querella ante el engaño para espiar.

Bien por el espía al que pondremos el mote de “pene de oro”.

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