Lo fantasmagórico del Presidente.

Había una nación. Maltrecha y todo, pero era Nación. Un día eligió a un presidente por una irrisoria mayoría relativa de votos a los que se sumaron los de aquellos que querían acabar con la maltrecha nación. A muchos les dio una gran alegría; a otros no tanto, pero así es la democracia. Maltrecho y todo, el país sabía que se le daba una oportunidad a uno y, si no servía, se le cambiaba por otro a los cuatro años. Así las cosas, el nuevo presidente anunció que transformaría al país, que lo haría prácticamente nuevo. Así pues, maltrecho y todo, el país se dispuso a esa transformación. Era lo que tocaba. Claro, no todo lo que brilla es oro y hay brillos de corta duración y fue lo que pasó. Al poco tiempo, todos se dieron cuenta que el único que veía los cambios era el presidente. Que anunciaba cosas que solo pasaban en su mente, transformaciones que consistían en sus palabras, en nada más. Fantasmas que habitan en su mente. Así sucedieron las siguientes cosas hasta enero de 2020, (solo contempladas por el Diestro hasta esa fecha):

1. No a los pactos con el populismo. El 10 de septiembre de 2014, en una entrevista en Antena 3 Noticias, aseguraba que «ni antes, ni después el PSOE va a pactar con el populismo. El final del populismo es la Venezuela de Chávez, la pobreza, las cartillas de racionamiento, la falta de democracia y, sobre todo, la desigualdad». Pues bien, el 1 de junio de 2018 fue presidente gracias a la moción de censura apoyada por Podemos y ahora los de Iglesias están en el Gobierno de Sánchez con ERC dando su visto bueno a la legislatura.

2. No a quienes creen sociedades para pagar menos impuestos. Sánchez afirmaba todo campanudo en febrero de 2015 que no tendría a nadie en su Ejecutiva que tuviera una sociedad interpuesta para pagar menos impuestos. Nada más conformar su gabinete, en 2018, le estalló el caso de Màxim Huerta, al que le duró su cartera de Cultura solo seis días. Sin embargo, cuando surgieron los mismos problemas con Pedro Duque, Nadia Calviño e Isabel Celaá, Sánchez miró para otro lado.

3. ¿Y el listado de los amnistiados fiscales? Otra promesa de Sánchez que se ha ido por el desagüe. En plena campaña de las autonómicas y municipales, el líder del PSOE anunciaba que publicaría la lista de amnistiados fiscales. Sin embargo, ha sido llegar a La Moncloa y olvidarse del asunto.

4. Dice que el PSOE trajo el divorcio a España. Ni memoria histórica tenía el presidente en funciones que cerca de las generales de 2015 dijo en TVE que gracias a los socialistas en España hubo divorcio. Craso error u olvido intencionado, ya que la ley del divorcio la sacó adelante UCD en junio de 1981, con Leopoldo Calvo Sotelo como presidente.

5. Los socialistas no pueden tener una offshore. Así se pronunciaba en 2016, cuando estalló el caso del ministro de Industria, José Manuel Soria. El problema de pedir explicaciones y purgas al político popular, que acabó presentando su dimisión, es que luego no han tenido continuidad cuando Elena Espinosa, exministra de Zapatero y teniente del alcalde de Vigo ha sido pillada con una sociedad de esa clase.

6. Con Arnaldo Otegui, ni a la vuelta de la esquina. Claro, Sánchez adecúa sus proclamas al contexto imperante. En 2016 apaleaba al entorno abertzale y ensalzaba la figura de Ernest Lluch, asesinado por los terroristas de ETA. Pero, en 2019, no tiene problemas en permitir a los socialistas navarros que negocien los Presupuestos forales con Bildu, el partido del sanguinario y secuestrador Otegui.

7. ‘Estilo Felipe González’: Poner las manos en el fuego por Chaves y Griñán. El presidente en funciones debe tener ambas extremidades achicharradas después de ser los dos expresidentes andaluces empapelados por el caso de los ERE fraudulentos. De repente, Sánchez ha sufrido una tremenda amnesia y olvida pedir explicaciones a quienes tanto defendió.

8. A Iglesias, ni la caseta del perro. Sánchez no perdió la ocasión de darle para el pelo al líder de Podemos en la campaña por la repetición de las elecciones generales que se celebraron el 26 de junio de 2016. El del PSOE decía sentirse aliviado por no tener a Iglesias controlando el CNI o RTVE. Tres años después, le puede tener sentado a su vera en el Consejo de Ministros.

9. No al chantaje de Pablo Iglesias. También durante la campaña del 26-J de 2016 aseguraba Sánchez en medios como la SER que él no iba a vender su alma a Podemos con tal de ser presidente del Gobierno, que el precio a pagar era muy alto. Pues vemos cuál es la factura que ahora le pasan las huestes de Iglesias por sustentarle en La Moncloa.

10. Sánchez vio rebelión en Cataluña el 1 de octubre de 2017. El ‘okupa’ de La Moncloa tiene un serio problema con la hemeroteca, pero no con sus principios. Si no se cansaba de pedir la extradición de los líderes fugados por ese delito, en cuanto llegó al Gobierno cambió el criterio y rebajó la condición de los rebeldes a meros sediciosos. Y es que Sánchez no duda en buscar apoyos entre la tropa del prófugo Puigdemont.

11. Echar a Rajoy para convocar elecciones urgentes. Otra mentira más de Pedro Sánchez que quiso engolosinar al hemiciclo durante una moción de censura que tenía prácticamente asegurada tras la traición del PNV a Rajoy. Sacó su cara más patriótica para hacerse pasar por un político al que no le llamaba la púrpura del poder, pero en cuanto se vio en La Moncloa quiso perpetuarse en el cargo…hasta que no le quedó más remedio que convocar las elecciones después de ocho meses mareando la perdiz.

12.Pone como ejemplo de honradez política a Alemania cuando se fuerza a un político plagiador a dimitir. Al presidente se le va la fuerza por la boca y solo le interesó el caso alemán para vender la idea de la indignidad que suponía para España que Rajoy siguiera en La Moncloa. Cuando salió lo de su tesis plagiada, a Sánchez le faltó tiempo para amenazar con demandas a los medios que se hicieran eco de esa noticia. El socialista ha terminado como un farolero de tomo y lomo.

13. Con Iglesias no podría conciliar el sueño. ¡Qué rápido encontró Sánchez el remedio para gobernar con Podemos y al mismo tiempo soñar a pierna suelta! El 26 de septiembre de 2019, con las elecciones del 10-N recién convocadas, el presidente en funciones le decía a Antonio García Ferreras que se acababa de quitar un peso enorme de encima porque tener a ministros de Podemos en el Gobierno le quitaba el sueño a él y al 95% de los españoles. Pues el 12 de noviembre de 2019, solo dos días después de cerrarse las urnas, abrazaba un acuerdo con Pablo Iglesias.

14. Referéndums delictivos. Sánchez, muy pendiente de darle al PP por los referéndums que Artur Mas (2014) y Carles Puigdemont (2017) convocaron en Cataluña para exigir la independencia, olvidó que fue Zapatero el que eliminó esa figura del Código Penal. Y, es más, aunque dice que incorporará ese delito en el marco judicial, no tiene empacho en escuchar sin que se le mueva un músculo que ERC y el PNV pretenden llevar a cabo nuevas consultas.

15. La chulería de traer de vuelta a España al prófugo Puigdemont. En vísperas de las elecciones del 10-N, Sánchez se puso bravo en RNE y prácticamente se jactó de controlar la Justicia a la hora de aseverar que él traería atado de pies y manos al prófugo expresidente catalán. Ahora, con la mayoria en juego, pendiente de los apoyos de ERC y Juntos por Cataluña, al presidente ya no le interesa exhibir ni cobrarse la cabeza de ‘Cocomocho’.

El país estaba maltrecho y todo, pero ahora es un verdadero desmadre. Es el país de la simulación, del regreso de los conservadores del siglo XIX y de los comunistas del XX; el país de la ilusión de uno, de la desgracia de muchos, el país de los fantasmas en la cabeza del presidente.

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