El respeto del PP a la ley y a la dignidad del ciudadano.

Dirigentes del Partido Popular:

Hace tiempo que existe la creencia generalizada de que sobre el PP pesa una maldición traducida en la incompetencia de sus dirigentes, constando en el imaginario público los antecedentes del asunto en el que destacan los insólitos casos de Mariano “Rajao” y Pablo FraCasado.

La maldición continúa en la actualidad deparándoos ineptitudes como lo atestigua vuestra actitud ante la prohibición de la procesión del Corpus Christi de mi parroquia castrense el domingo 29 de mayo de 2016 de 2016, por la entonces concejala presidenta del distrito de Latina del Ayuntamiento de Madrid, Esther Gómez Morante, del partido de extrema izquierda Ahora Madrid, actualmente Más Madrid, al amparo de ilegales atribuciones.

Para conjurar la citada prohibición os he dirigido numerosos escritos en los últimos 5 años solicitando que los ayuntamientos y organismos gobernados por vuestros militantes respeten y hagan respetar la Ley Orgánica 9/1983, de 15 de julio, reguladora del derecho de reunión, en la tramitación de actos religiosos en la vía pública, que no han recibido más respuestas que inciviles silencios que os descalifican para los cargos que detentáis demostrando con ello no ser dignos de ellos.

Igualmente, en el mismo periodo, he intentado en otras ocasiones ser atendido telefónicamente sin llegar a conseguirlo puesto que el/la déspota de turno está reunid@ o no puede ponerse por cualquier otro fútil pretexto. Esto hace suponer que vosotros y los anteriores dirigentes del PP cobréis unos sueldos astronómicos a juzgar por el tiempo que dedicáis al trabajo que os impide contestar a mis escritos y devolver mis llamadas durante 5 años, si bien os pasa lo que dice el fabulista Tomás de Iriarte dirigiéndose a una ardilla “tantas idas y venidas / tantas vueltas y revueltas / quiero, amiga, que me digas / ¿Son de alguna utilidad?

Yo esperaba un diálogo racional sobre el asunto en cuestión, pero lamentablemente compruebo que en el PP no existe interlocutor válido al efecto puesto que la prepotencia constituye un común denominador en vuestra formación política, ya que hasta l@s administrativ@s, sin tener idea del asunto cometen la insolencia de criticarme por mis reiterados escritos y llamadas, demostrando que el PP está dirigido por l@s administrativ@s y que, cuando llovió competencia y sensatez no usasteis paraguas ni podréis morir de un derrame cerebral.

Feijóo, tu despotismo te convierte en fiel representante de la estulta prepotencia de sus antecesores, compinche de separatismos, ateo que, o no te enteras de nada o si te enteras es peor, relativista por vocación que no se sabe dónde estás ni dónde vas, estoy harto de enviarte mensajes solicitando tu intervención para dar solución a los errores precedentes y continúas obsequiándome con tu grosero silencio que te devuelvo con mi desprecio.

En cuanto a ti, Isabel Díaz Ayuso, te caracterizan tus variables principios como constata tu antigua filiación falangista por un lado y tus veleidades proabortistas por otro, tu omnipresencia en continua búsqueda de popularidad y tus escasos valores comunes con los católicos.

Tan discutible  bagaje moral, intelectual, ideológico y lastre para el PP, ha dirigido tu ejecutoria desde hace casi 3 años durante los que te he solicitado reiteradamente el cese de Concepción Dancausa Treviño, actual Consejera de Familia, Juventud y Política Social y antes Viceconsejera de Vivienda y Administración Local, y de Luis Martínez-Sicluna Sepúlveda, actual Viceconsejero de Familia, Juventud y Política Social y antes Secretario General Técnico de la Consejería de Vivienda y Administración Local de tu Gobierno, que en sus antiguos cargos de delegada y subdelegado del Gobierno en Madrid vulneraron reiteradamente la Ley Orgánica 9/1983, de 15 de julio, reguladora del derecho de reunión, a pesar de mis requerimientos en contra, tratando de engañarme con embustes al efecto.

Resulta asombroso que premies indistintamente a los agentes de la Guardia Civil y Policía Nacional desplegados en Ceuta y Melilla con la Gran Cruz de la Orden del 2 de mayo por defender la ley, con efectos meramente honoríficos, y a Concepción Dancausa Treviño y Luis Martínez-Sicluna Sepúlveda, con relevantes cargos y suculentos sueldos en el gobierno de la Comunidad de Madrid por vulnerarla, pero a ti te da lo mismo ocho que ochenta con tal de que la prensa hable de ti.

Lo tuyo, Almeida, no es un problema de prepotencia sino de idiocia, puesto que desde que estabas en la oposición municipal hasta el presente te he dirigido numerosos escritos y las pruebas documentales pertinentes demostrativas de que la normativa reguladora para la tramitación de actos religiosos en la vía pública es la Ley Orgánica 9/1983, de 15 de julio, reguladora del derecho de reunión, que en su Artículo octavo determina “La celebración de reuniones en lugares de tránsito público y de manifestaciones deberán ser comunicadas por escrito a la autoridad gubernativa correspondiente (Delegado/a del Gobierno en Madrid) por los organizadores o promotores de aquéllas…” pero en ningún caso al ayuntamiento respectivo.

Todavía no te has enterado que las autoridades municipales no están reconocidas como autoridades gubernativas en ningún texto oficial, lo que arroja serias dudas sobre la autenticidad de tu título de licenciado en Derecho y tu condición de Abogado del Estado o de que, cuando en la Facultad de Derecho de ICADE o en el Centro de Estudios Jurídicos explicaron la correspondiente lección, faltaste a clase por padecer amigdalitis.

No creo que hayas llegado a leer mis innumerables escritos, ya se han encargado de ello la concejala de Ciudadanos Silvia Saavedra Ibarrondo y la funcionaria Sara Emma Aranda Plaza, artífices de toda clase de maniobras torticeras, tan ilegales como punibles, con el fin de que el Ayuntamiento de Madrid, capital de España, vulnere la citada Ley Orgánica 9/1983 como así viene ocurriendo a tus espaldas: tu caso obliga a creer en la existencia de la reencarnación porque ciertos niveles de ineptitud es imposible acumularlos en una sola vida.

Adolfo Suárez Illana, eres un caso clínico al haberte dirigido varios escritos solicitando tu mediación para que los distintos cargos del PP que gobiernan organismos públicos concernidos en el asunto cumplan la Ley Orgánica 9/1983, de 15 de julio, reguladora del derecho de reunión, en la tramitación de actos religiosos en la vía pública: no me has contestado a pesar de que la ley está firmada por tu padre a quien debes lo poco que has alcanzado en la vida.

Indiscutiblemente, vuestra actuación es idéntica a la de la citada concejala Esther Gómez Morante, del partido de extrema izquierda Ahora Madrid, actualmente Más Madrid, y con la del Frente Popular gubernamental del PSOE-Podemos que, igual que vosotros, hace oídos sordos a mis requerimientos para acatar la Ley Orgánica 9/1983, de 15 de julio, reguladora del derecho de reunión, en la tramitación de actos religiosos en la vía pública.

No tenéis nada de qué alardear dados la mayoría de vuestros currículos personales y logros en la política en la que estáis porque para acceder a ella no se exige prueba alguna ni haber desempeñado puesto de trabajo alguno al margen de la misma.

La causa de la corrupción de la que se os acusa, y por la que algunos dirigentes del PP han sido condenados o están siendo investigados, es más la prepotencia que la rapiña porque en vuestra vanidad creéis tener derecho a adueñaros de los fondos que administráis, o sea, que os creéis los amos del cortijo.

Los españoles en general y los militantes del Partido Popular en especial no pueden consentir estos desmanes pues según un viejo aforismo “Un pueblo que elige corruptos, impostores, ladrones y delincuentes, no es víctima sino cómplice”.

Constituís un partido dirigido por la prepotencia del amo de turno al que rinde pleitesía un rebaño de lanares e inútiles lacayos, por cuanto la rebeldía de vuestro electorado protestando como ciudadanos en lugar de callar como súbditos, es la única respuesta que merecéis ante los detestables hechos precedentes que no provocan más que rechazo y pena impidiendo que recibáis un solo voto de ningún ciudadano español en su sano juicio.

Totalmente de acuerdo contigo, Feijóo, España no está para ególatras, no necesitas ningún ministro para criticarte, para ese menester te bastas tú solo sin ayuda de nadie: por vuestra ejecutoria constituís un peligro público que desafía a la paciencia humana, lo que sí necesitas es rectificar tu proceder y respetar la ley y al ciudadano.

Efrén Díaz Casal

Coronel de Infantería (R)

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