En 1906, tres años después de la muerte de Sabino Arana, el fundador del PNV, un sacerdote capuchino navarro, Evangelista de Ibero, publicó un folleto titulado Ami Vasco. Es un texto corto y sencillo, según Díaz de Herrera, donde en forma de preguntas y respuestas se recoge el catecismo nacionalista, revelando de forma contundente cuáles son las verdades y cuáles las mentiras acerca del problema vasco.
ETA, una escisión del PNV, no puede ser menos e imita sus métodos. En 1962, otro cura, en esta ocasión franciscano, Joseba Intxausti, redacta en el mismo estilo conciso y directo, con el mismo argumento de preguntas y respuestas, «Pláticas sobre los novísimos».
El volumen se publica por primera vez en Caracas, no realiza aportaciones doctrinales ni ideológicas, porque no es el fin pretendido, pero constituye una defensa cerrada y rotunda de la banda terrorista, la Biblia de los neófitos e indecisos en empuñar un arma.
«¿Es ETA un grupo terrorista?», se pregunta el cura. Y él mismo da la respuesta.
«ETA no es terrorista, aboga por la guerra revolucionaria y cada conciencia ha de ver si esto es justo o no (no olvidemos que puede haber guerras injustas y, dado el caso, también entre PNV y ETA). Terrorista es el que lucha matando inocentes sin atender a principios morales. ETA no ha defendido una forma de guerra sin moral».
«¿Tiene Euskadi derecho a la autodeterminación?».
«Euskadi tiene total derecho a la autodeterminación. Este derecho le es negado por gobiernos totalmente extraños e impuestos por las armas. Se ha roto el dialogo necesario para la resolución de nuestros problemas. Hay que volver a crearlo, hay que hacerlo por los métodos conducentes a ello. ETA dice que el pueblo vasco tiene los mismos derechos que asisten a otros pueblos a su autogobierno y afirma que deben emplearse los métodos adecuados. Lo que dice ETA es justo».
ETA sólo necesita, lo mismo que el PNV, que un ungido siente cátedra, los bendiga y certifique que la pena de muerte a sus adversarios, por el simple hecho de serlos, a traición, por la espalda y sin derecho a la defensa, es moralmente justo. Joseba Intxausti, el Evangelista de Ibero de la banda armada, lo hizo.
La bajada de pantalones ante los terroristas de los gobiernos de España sólo me hacen recordar las palabras que tuvo Sagarminaga Epalza al referirse a las causas del Carlismo más rancio: «LOS CURAS Y LAS MUJERES».
Parece que con los curas ya casi no hay problema, pues no hay vocaciones en Vascongadas un siglo después. Las mujeres son otra cosa, siguen «azuzando y defendiendo a sus cachorros» y las «mujeretas», digo yo, han estado y están gobernando las Instituciones de la Nación con trágalas de todo tipo. De esta manera los lectores que siguen atentamente estos turbios asuntos por todos los medios de comunicación, como «El Faisan», se enteran por la prensa de que quienes han amenazado a miles de vascos, entre los que me encuentro, los que extorsionan, los que no respetan la voluntad mayoritaria de «este pueblo» son todos los partidos, salvo el PNV y el grupo armado ETA y sus cómplices.
Enrique Area Sacristán.
*Teniente Coronel de Infantería.
Doctor por la Universidad de Salamanca
