Valores compartidos y divergentes.

¿Hay divergencia de valores entre las distintas Regiones de España, especialmente entre Cataluña y Vascongadas en relación con el resto de Comunidades?. En cierto sentido, estas son mínimas. Parece que ha existido una notable semejanza por todo el País, que atraviesa la diferencia entre éstas Comunidades y el resto de la Nación española, cuando se trató de cosas importantes de la vida. Incluso en el caso de los valores relacionados de manera específica con la cultura política parecía existir un amplio acuerdo: respecto a la igualdad, la no discriminación, el imperio de la Ley, las reglas de la democracia representativa, la seguridad social, respecto a la violencia y las armas de fuego, y a gran cantidad de temas.

Pero en los tiempos contemporáneos no es así. Hace unos años parece que han surgido serias diferencias entre los dos grandes grupos, nacionalistas-no nacionalistas, por lo que hace a la cultura política. Los estragos causados por el nacionalismo secesionista en torno al imperio de la Ley- el trato dado a los maketos y Charnegos-, dan la impresión de que estas Comunidades tienen distintos puntos de vista sobre la tolerancia del disenso. Hay gente que está dispuesta a creer que ambas sociedades, catalana y vasca, muestran valores distintos sobre el mantenimiento de la unidad en torno a ciertas verdades reales o imaginarias y normas muy apreciadas, cuando éstas entran en conflicto con los bienes de la tolerancia, la libertad o la diversidad permitida. Son tiempos difíciles para las minorías y disidentes en estas Regiones. Pero las bases sobre las que se asienta el antiliberalismo es notoriamente diferente en cataluña y vascongadas. En la segunda se ha pasado de una articulación de la sociedad en torno a unos valores de un catolicismo tradicional ultramontano que hacia que las provincias destacasen a ojos de otros españoles como algo exótico y perturbador, a una sociedad representada casi en su mayoría por un nacionalismo secesionista de claro matiz revolucionario que convive en sus objetivos fundamentales con el conservadurismo del PNV. En la primera los intereses económicos resaltan el problema junto a un adoctrinamiento de la población charnega a la que se le «obliga» a aceptar las tesis nacionalistas. Se podría decir que Cataluña está llena de estómagos agradecidos.

Resulta una ironía, en el momento en que estamos tan de acuerdo sobre tantas cosas, estemos al borde de la ruptura. Nunca hemos estado tan cerca de ella en toda nuestra historia a pesar de que nuestros valores nunca han sido tan uniformes.

Apoyado en Charles Taylor, «Asimetria Federal y Estado Plurinacional», Ed. TROTTA, Madrid 1999.

Enrique Area Sacristán.
Teniente Coronel de Infantería.
Doctor por la Universidad de Salamanca.

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