Los estereotipos, los tópicos y el humor en lo Vasco.

En primer lugar, para iniciar este artículo, voy a definir lo que es un estereotipo según lo definen Hunt y Horton en “Sociología” y mencionar que soy vasco, como se entiende ahora, pero no Bascon, vasco parlante; “estereotipo es una imagen de otro grupo o categoría de personas compartida por el grupo”. Pueden ser positivos, como el bondadoso y dedicado doctor de la familia, negativos, como el político oportunista y sin principios, o mixtos, la vieja maestra dedicada, exigente y sin atractivo. Los estereotipos nunca son totalmente falsos, porque deben tener algún parecido con las características de las personas estereotipadas o no podrían ser reconocidos, pero siempre distorsionados en cuanto que exageran y universalizan algunas de las características de algunos de los miembros del grupo calcado.

No se sabe como empiezan. Una vez que el calco se ha convertido en parte de la cultura, se mantiene por percepción selectiva, es decir, tomando nota de los incidentes o casos que lo confirman y dejando de advertir o recordar las excepciones; lo que sí se sabe es cuando terminan: la maestra de edad avanzada y desaliñada es tan rara en la actualidad, que este estereotipo particular está virtualmente muerto. Mueren cuando ya no pueden encontrarse ejemplos que lo confirmen.

Los grupos de no pertenencia se muestran con frecuencia en formas estereotipadas que acentúan sus imperfecciones o sus virtudes. Esto nos impide verlos como seres humanos individuales, con su variedad normal de virtudes y vicios. Los estereotipos nos permiten, así, aplicar una doble norma bajo la cual tomamos lo mejor de nuestro propio grupo y lo peor de los otros.

Un tópico es un concepto muy similar al de los estereotipos, ideas o expresiones por el que “meten en el mismo saco” a un grupo de personas, como por ejemplo que todos los vascos levantamos piedras. ¿Realmente es así? ¿Todas las personas son iguales? Es cierto que no todos los vascos saben levantarlas pero ¿y en otros aspectos? ¿Somos, por ejemplo, los vascos tan brutos y parecidos como la gente cree? Vamos a ver algunos de ellos.

Uno de los tópicos es que tenemos apellidos muy largos y, esto no es un tópico, sino un hecho real. Los vascos sí podemos tener apellidos muy largos, pero no es algo que aparece a menudo. En muchas ocasiones, los apellidos suelen terminar en -etxea («casa»), así como en el español -ez. Con ese sufijo, los apellidos pueden ser de diferentes longitudes: pueden ser cortos, como Goikoetxea («la casa de arriba»), pueden ser largos como Malaxetxebarria, Ostaikoetxea  o Merikaetxebarria, o un poco más largos, como  Iturrigorrigoikoerrotakoetxea («La fuente roja de la casa del molino de arriba»).

Muchos otros apellidos empiezan con «Z», algo muy común en el idioma vascuence. Algunos de los ejemplos son: Zenarruzabeitia, Zenigaonaindia, Zarrabeitia, Zulueta o Zallo. Muchos otros apellidos son nombres de municipios o de concejos vascos, como Azkarate, Elizondo, Elejalde, Elorriaga, Arrieta o Areitio.

Otros pueden tener apellidos de paisajes, como Zelaia, «prado», Iturri, «fuente», o Zubialde, «el lado del puente», y así en una lista infinita. 

En conclusión, algunos apellidos si pueden ser largos y polisílabos pero no muchos tienen el privilegio de poseerlos.

En otro orden, “aupa, Patxi y otros” son puros mitos. Algunas cosas las puedo confirmar, como Aupa, una manera de decir «Hola», ya que se utiliza bastante en Gipuzkoa; el «pues», ya que es algo que lo usamos exageradamente, y «me cago en dios» o «kabenzotz». Por otra parte, el significado del nombre Patxi es ‘francés, des país de los francos’ y su origen es vasco. Ha sido tradicionalmente hipocorístico de Frantzisko, y en cierta medida todavía lo es, pero hay que reconocer que también se emplea con bastante frecuencia como equivalente del castellano Francisco. Es un nombre muy común en el País Vasco, de ahí que tenga numerosas variantes: Patxi, Patxo, Praisku, Pantxiko o Patziku.

Otro muy famoso es el «¡Ahí va la hostia!» o «¡Aiba la ostia!». Yo solamente los he escuchado en esos chistes sobre vascos. Y puede que, a alguien, en algún segundo de mi vida. Es verdad que solemos insultar mucho, no con intenciones de ofender,  y utilizar palabras como «joder», «hostia», «coño» y muchos otros. Eso no lo niego. Pero esas frases como «Aiba la ostia» son pura papilla de tópicos.

Igualmente todos pensamos que Bilbao es lo único importante en vascongadas. Este tópico, desgraciadamente, no solo existe entre el resto de la sociedad española, sino también entre los propios bilbaínos. Conozco a gente que piensa así solamente porque nunca ha salido de la zona de «Gran Bilbao» y nunca ha tenido la curiosidad de explorar el resto del territorio vasco. Un tópico muy conocido y francamente verdadero, es que muchos bilbaínos piensan que Bilbao es el centro de Euskadi, que no hay nada más allá, que el resto es campo con ovejas y vacas. Pero como ya lo he dicho antes, depende de la persona, aunque la cifra es relativamente alta.

Bien, pues esto va para los bilbaínos, además del resto de los españoles que tiene la misma mentalidad: Bilbao puede ser muy atractivo, una ciudad llena de puntos de interés y con buena gastronomía, pero no es la ciudad más visitada por los turistas. ¿Acaso nunca habéis oído hablar de Donostia-San Sebastián o de Vitoria-Gasteiz? Son otras dos ciudades preciosas y de mucho valor cultural.

“Somos brutos” es nuestro tópico estrella, y puedo decir que algo de verdad tiene. No somos tan brutos y primitivos como muchos piensan, pero sí tenemos algo de eso en nuestro ADN.

Es verdad que tenemos deportes muy peculiares como levantar piedras de 300 kilogramos o cortar leña, y puede que algo bárbaro como la corrida de toros o el arrastre de piedra por bueyes, pero en este tema el resto de España tampoco se salva, ya que tiene otros «deportes» bárbaros como los toros o lanzar cabras de campanarios.

Tampoco somos tan exagerados en cuanto a la fuerza; pocos pueden levantar piedras así. Sí podemos ser brutos en cuanto a la decisión de ideas o de actos, muchas veces solemos tener tantas «ideas de bomberos» que muchas las podemos llevar a la práctica y no arrepentirnos de haberlas llevado a cabo. También podemos ser ordinarios y unos sinvergüenzas, pero somos buenas personas, no os dejéis engañar por las apariencias.

Cada vez, la sociedad es más «políticamente correcta», así que, poco a poco, la sociedad vasca vamos dejando atrás esa «personalidad bruta y primitiva». Aunque de primitivo tengamos poco.

Enrique Area Sacristán.

Teniente Coronel de Infantería.

Doctor por la Universidad de Salamanca

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