Sánchez: ¡¡¡Vete preparando colgar pepinillos por Navidad¡¡¡

Numerosísimas son las diferentes costumbres que existen a lo largo y ancho de todo el planeta y que están relacionadas con la Navidad, de la que ya sufrimos los primeros anuncios publicitarios. Algunas de ellas son muy comunes, pero en cada sitio (ciudad, país, comunidad, cultura…) tienen sus tradiciones propias y que no son tan famosas en otros lugares.

Por ejemplo el hecho de colgar un adorno en forma de pepinillo (incluso uno de verdad) en el árbol de Navidad.

Esto es muy típico en Estados Unidos, donde se le llama «Christmas pickle», aunque muchos son los historiadores que indican de que se trata de una costumbre que fue importada por inmigrantes alemanes hacia finales del siglo XIX y que en el país germano era conocida como «Weihnachtsgurke», sobre todo en los Estados de Baviera y Turingia.

La tradición consiste en esconder entre las ramas y otros adornos del árbol navideño un pepinillo y éste debe de ser encontrado por alguno de los niños que residen en la casa. No es fácil localizarlo, debido a que, tanto la pieza como las ramas, son prácticamente del mismo color.

El pequeño que logra dar con el pepinillo recibe un regalo adicional y se le augura todo el nuevo año de buena suerte. También hay familias que premian la pericia dejando que sea el primero en abrir sus regalos de Navidad. Esta última prerrogativa supongo que Sánchez ya la tiene por ser el patriarca de una familia con «igualdad de genero», Pedro y Begoño creo que son del mismo género.

Cabe destacar que en Estados Unidos es muy discutida la versión que señala el origen de la tradición en territorio germano, asegurando que la costumbre del Christmas pickle es totalmente estadounidense. Para ello se escudan en una vieja historia, más cerca de ser una leyenda urbana que un relato cierto, que explica que, en 1864, en plena Guerra Civil americana, fue apresado por los confederados un soldado, llamado John C. Lower, de ascendencia bávara y que se había alistado al ejército de la Unión. Según dicho relato, Lower estaba malherido y desnutrido, por lo que en la víspera de Navidad de aquel año pidió a uno de los guardias que lo custodiaban que le diera algo de comer, ofreciéndole éste un pepinillo. Tras finalizar la guerra fue liberado y, tras regresar a su hogar, cada Nochebuena colgó un pepinillo en el árbol como símbolo del alimento que le ayudó a sobrevivir, naciendo así la tradición.

Pedro, creo que vas a tener que colgar muchos pepinillos por Navidad porque vuestra gestión os va a hacer perder la batalla de las elecciones y muchas cosas más, como vuestra propia libertad y vuestro propio género porque hay mucho español que te la quiere cortar a ti y a todo tú gobierno, aunque a Iceta y Marlaska no les importe cambiarlo: se la pondrán más gorda para fastidiarles o vaya usted a saber. Al tiempo.

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