La población y el nacionalismo vasco. (X).Herramienta para La paz. 

LA POBLACIÓN Y EL NACIONALISMO VASCO. (X). Herramientas para La paz.

POPULATION AND BASQUE NATIONALISM

Enrique Area Sacristán.

Teniente coronel de Infantería y Doctor por la Universidad de Salamanca

enriquearea@live.com

RESUMEN: El artículo presenta un proceso de diálogo en el marco del conflicto del País Vasco. Desde una aproximación sistémica a la transformación de conflictos, se diseña una escena de diálogo para generar consensos sobre las cuestiones fundamentales para la paz en Basconia. Tras la fundamentación teórica del estudio, se explicarían, de hecho, los elementos y fases del proceso de diálogo sostenido. Posteriormente, se presentarían los consensos alcanzados sobre las cuestiones trabajadas: reconciliación y convivencia, memoria y narrativa histórica, la dimensión política del conflicto, la participación ciudadana para la paz, víctimas y presos.

PALABRAS CLAVE: ETA, MVLN, Jóvenes, Violencias, Religión de reemplazo

ABSTRACT: The article presents a dialogue process in the context of the conflict in the Basque Country. From a systemic approach to conflict transformation, a dialogue scene is designed to generate consensus on fundamental issues for peace in Basconia. After the theoretical foundation of the study, the elements and phases of the sustained dialogue process would be explained. Subsequently, the consensus reached on the issues worked on would be presented: reconciliation and coexistence, memory and historical narrative, the political dimension of the conflict, citizen participation for peace, victims and prisoners. 

KEY WORDS: ETA, MVLN, Youth, Types of violence, Religions of replacement

La herramienta de diálogo. Open Space Technology, una herramienta de diálogo autoorganizado

Open Space Technology es una herramienta de diálogo fácil de aprender y usar, que puede ser aplicada para resolver gran cantidad de cuestiones relevantes y complejas de manera autoorganizada y efectiva, con una gran diversidad de actores con puntos de vista diferentes. Su funcionamiento requiere de pasión y responsabilidad por el tema de interés a tratar, es decir, un interés genuino con la cuestión.

Los principios que guían el OST son cuatro. Cualquiera que venga es la persona indicada: significa que la emergencia de cuestiones puede darse en la interacción con cualquier persona o grupo de personas con las que comparte la pasión y responsabilidad sobre un tema. Lo que suceda es lo único que debe suceder: indica que ningún actor debe controlar el evento, y que hay que centrarse en el aquí y ahora y en la capacidad de sorprendernos. Cuando sea que empiece es el momento apropiado y Cuando termina, termina: señalan al reloj como un colaborador del evento que no debe marcar los tiempos de manera rígida, empezando y terminando los espacios de diálogo cuando los grupos dispuestos al efecto lo decidan.

El elemento central y distintivo del OST como Método de Diálogo con Grandes Grupos es la autoorganización (Bunker y Alban, 2006). El propio colectivo de participantes decide los temas a tratar y su orden en la agenda, y cada participante decide en qué espacios quiere participar, sobre qué temas quiere dialogar; por lo tanto, la formación de los grupos de diálogo se genera de manera espontánea y autoorganizada partiendo de los intereses de cada participante.

Una particularidad del OST, su única ley, la Ley de Los Dos Pies, dice así: «Si durante nuestro tiempo juntos, te encuentras en una situación en la que ni aprendes ni contribuyes, usa tus dos pies y vete a un lugar más productivo» (Owen, 2008). Esta herramienta permite que las personas puedan cambiar de espacio de diálogo en cualquier momento, estar en donde más pueden aprender o aportar y donde más pueden construir conjuntamente.

Los elementos básicos de la estructura del OST son el Círculo, el Tablón de Anuncios y el Mercado. El grupo se coloca en un gran círculo para empezar a trabajar. El Tablón de Anuncios no es otra cosa que una pared o panel grande donde los participantes colocan sus asuntos de interés. En función de los asuntos de interés planteados, se crea la agenda de temas a tratar, indicándose cuándo y en qué lugar del espacio se van a abordar.

Una vez construida la agenda, se abre el Mercado. Esto significa que todos los participantes pueden acudir a adquirir aquello que les interesa, es decir, se pueden unir a los proponentes de los temas y crear grupos para el diálogo. Cuando los primeros grupos terminan de dialogar sobre sus aspectos de interés, se abre de nuevo el Mercado, y los participantes pueden generar nuevos grupos de diálogo para conversar sobre los nuevos temas de la agenda.

Un evento OST se puede cerrar de diferentes maneras, pero una forma usual es haciendo uso del Bastón que Habla. Disponiéndose la totalidad del grupo en círculo, los participantes expresan de manera libre sus visiones, asunciones, conclusiones, reflexiones o sentimientos acerca del evento, siendo el portador del Bastón que Habla el único que puede hablar.

Construcción de consensos básicos

En la sesión de diálogo final de este trabajo realizado por Xavier Mínguez-Alcaide no se usó el OST, sino que se desarrolló con base en otra herramienta de diálogo, pues el objetivo era lograr una serie de consensos básicos sobre todos los temas tratados durante las sesiones temáticas. La herramienta que se ocupó fue el Consenso Escalonado o Consenso por Inundación.

Esta herramienta consiste en distribuir el grupo en parejas. Cada miembro de la pareja presenta sus propuestas sobre las cuestiones que deben ser consensuadas; una vez realizado este paso, las parejas llegan a consensos y establecen una serie de propuestas aceptadas por ambos. Cuando las parejas tienen una serie de propuestas, cada una se junta con otra pareja formando un grupo de cuatro participantes.

En este nuevo espacio, cada pareja presenta sus propuestas, se comparan y se acuerdan qué propuestas son comúnmente aceptadas. Este proceso se repite hasta que todos los participantes se reúnen en el gran grupo, y consensuan las propuestas finales. En un principio, es positivo acordar el número de propuestas que debe consensuar cada pareja, grupo de cuatro, ocho, etc.; por ejemplo, pueden ser tres propuestas por cuestión a ser consensuada.

Como se ha mencionado anteriormente, la dinámica de diálogo debe estar centrada en consensuar aspectos básicos de todas las cuestiones tratadas durante el calendario de sesiones. Para ello, en el momento inicial de la sesión se entrega a cada participante un documento donde se resuman todas las actas de los espacios de diálogo, y otro documento donde aparezcan las cuestiones que debían ser consensuadas. Luego se da un tiempo de 30 minutos para que cada participante pudiera madurar sus propuestas en relación con cada una de las cuestiones que deben ser consensuadas. Una vez realizada la maduración individual, se procede al trabajo de consenso por parejas, posteriormente se lleva a cabo el consenso en dos grupos de cinco y seis personas, para finalmente establecer el consenso final en el grupo.

Las cuestiones que consensuar se pueden dividir en seis bloques, con tres cuestiones específicas para cada uno de ellos:

1. Reconciliación y convivencia. a) ¿Qué implica la reconciliación? Los elementos fundamentales para la reconciliación. b) ¿Cómo facilitar la reconciliación? Aspectos sobre cómo debe facilitarse la reconciliación. c) ¿Quién debe implicarse/liderar la reconciliación? Qué agentes deben implicarse en la reconciliación y quiénes deben liderarla.

2. Memoria y relato histórico. a) ¿Con qué objetivos debe construirse un relato histórico? Motivos de la construcción del relato. b) ¿Cómo se debe llevar a cabo el relato histórico? Fórmulas para construir el relato. c) ¿Qué debe incluir el relato? Cuestiones que deben aparecer en el relato histórico.

3. Dimensión política del conflicto. a) ¿Cómo dar salida al conflicto de intereses nacionalistas? Fórmulas para avanzar en el logro de acuerdos. b) ¿Existen fórmulas que puedan satisfacer a todas las partes? Posibles acuerdos en el que todas las partes puedan tener cabida. c) ¿Cómo dar salida al conflicto de identidades? Elementos para construir un escenario de convivencia identitaria.

4. Participación ciudadana. a) ¿Qué objetivos debe tener la participación ciudadana? El para qué de la participación ciudadana. b) ¿Qué rol debe tener la ciudadanía? Ámbitos y aspectos donde debe participar la ciudadanía. c) ¿Cómo llevar a cabo la participación ciudadana? Fórmulas para facilitar la participación ciudadana.

5. Víctimas. a) ¿Cómo definimos a una víctima? Aspectos clave para definir a las víctimas. b) ¿Qué rol pueden jugar las víctimas en un proceso de reconciliación? Cuestiones/acciones que podrían hacer las víctimas para facilitar la reconciliación. c) ¿Cómo reparar a las víctimas? Elementos para reparar a las víctimas.

6. Presos. a) ¿Cómo dar salida a la cuestión de los presos? Elementos para tratar la situación de los presos. b) ¿Cómo facilitar la reinserción? Elementos para favorecer la reinserción de los presos. c) ¿Qué rol pueden jugar los presos en un proceso de reconciliación? Cuestiones/acciones que podrían hacer los presos para facilitar la reconciliación.

 Ideas y consensos para la construcción de paz en el País Vasco

El objetivo básico del trabajo es establecer una serie de consensos básicos sobre todas las cuestiones planteadas; por este motivo, en el presente apartado se van a presentar los consensos logrados en el grupo de trabajo dirigido por Xavier Mínguez-Alcaide tanto en las distintas sesiones de diálogo, como, sobre todo, en la sesión final. Siguiendo este orden, se presentarán acuerdos e ideas relativos a: 1) implicaciones de la paz, la reconciliación y la convivencia; 2) la memoria y el relato histórico; 3) la dimensión política del conflicto; 4) la participación ciudadana para la paz; 5) las víctimas; 6) los presos.

1. Implicaciones de la paz, la reconciliación y la convivencia

El colectivo de participantes señala que la paz es un fenómeno polisémico, siendo a la vez proceso y el fin último de la sociedad. Se requiere de espacios y de pasos sostenidos para construirla, es imprescindible superar las diferentes formas de violencia y la vulneración de derechos humanos presentes en el conflicto vasco. Se apunta que el desarme de ETA y producir cambios en la política antiterrorista y penitenciaria son elementos que facilitarían los distintos aspectos que implica la construcción de la paz.

Por otro lado, un escenario de paz sostenible se vincula al desarrollo de una cultura democrática y de paz construida desde la tolerancia, el respeto y la empatía hacia el diferente, permitiendo crear nuevos sentidos de la vida distintos a los construidos durante el conflicto. La reconciliación se afirma como un proceso global que afecta a toda la sociedad y que implica la transformación de las prácticas sociales. Para construir un marco de convivencia sostenible, se indica la necesidad de apostar por el futuro en común, pero manteniendo viva una memoria social crítica de lo sucedido. Se señala la necesidad de crear espacios formales e informales para el diálogo ciudadano desde el cual abordar el reto de transformar las prácticas sociales propias del conflicto en prácticas sociales de convivencia.

Un elemento que destacar es el reconocimiento de las responsabilidades sobre el sufrimiento y el daño causado. Se indica que el reconocimiento debe realizarse desde una perspectiva ética, con honestidad y contenido, y desde la autocrítica por haber realizado vulneraciones a los derechos humanos. Vinculado con ello, se menciona la necesidad de de-construir los discursos legitimadores de violencia producidos durante el conflicto, promover el rechazo a la violencia; para ello es importante no reconocer socialmente de manera positiva acciones violentas.

Un aspecto trascendental versa sobre quién debe implicarse y liderar la reconciliación. El colectivo indica que el liderazgo debe ser compartido de manera horizontal entre las instituciones y administraciones públicas, los partidos políticos, los agentes de la sociedad civil organizada, el ámbito educativo, etc., implicando a la sociedad en su conjunto. Se pone el énfasis en la responsabilidad de los partidos políticos para la reconciliación, siendo positivo sacar el tema de la paz de la confrontación política, utilizando estilos comunicativos mesurados y actitudes conciliadoras y empáticas con el diferente, aunque sin renunciar a expresar las posiciones propias con asertividad.

En los documentos también se aprecia la importancia de resaltar lo positivo de la sociedad vasca donde se han dado experiencias civiles e institucionales favorables a la paz y la reconciliación.

2. La memoria y el relato histórico

El papel de la memoria y el relato histórico para la construcción de la paz y la reconciliación en el País Vasco aparece vinculado con varias cuestiones. En primer lugar, los objetivos del trabajo por la memoria y el relato histórico deben incluir la comprensión del pasado para superar el conflicto violento, garantizar la no repetición de los hechos, la construcción de un marco de convivencia basado en el respeto a los derechos humanos, facilitar la de-construcción de las lógicas legitimadoras de la violencia, y reconocer las vulneraciones a los derechos humanos cometidas para poder construir la verdad necesaria en un proceso de reconocimiento social y de reparación integral de las víctimas.

Respecto a la memoria, un primer aspecto es la necesidad de no hacer un uso partidista de ésta desde los diferentes sectores sociales y políticos. En términos de procedimiento, se apunta la posibilidad de realizar un proceso participativo-inclusivo, donde todas las visiones y vivencias sobre el conflicto sean recogidas a partir de espacios de diálogo y recopilación de testimonios. Complementario a ello, se plantea la importancia de llevar a cabo un relato de hechos objetivos, especialmente aquellos que están vinculados con vulneraciones de derechos humanos, principalmente el derecho a la vida y a la integridad física, psicológica y moral.

Por otro lado, ante la existencia de diferentes relatos subjetivos sobre el pasado, se evidencia la necesidad de reconocer que existen distintas visiones del pasado, pero generando cauces para posibilitar un acuerdo mínimo entre los diferentes sectores con visiones distintas, es decir, posibilitando el desarrollo de memorias más inclusivas.

Un tercer aspecto se refiere a los contenidos que debe incluir el relato de lo sucedido. Estableciéndose como punto de partida el respeto a los derechos humanos, se indica la necesidad de establecer una relación verídica de todas las vulneraciones. Obtener una fotografía completa de las víctimas, sin establecer comparaciones ni jerarquías sobre sus procesos de victimización, puede facilitar la elaboración de consensos sobre la interpretación del pasado.

En esta interpretación tienen cabida tanto los hechos objetivos, como las vivencias y sentimientos de las personas que aportan sus testimonios. Una última cuestión se refiere a la necesidad de que el relato incluya análisis sobre los obstáculos que los diferentes agentes del conflicto hayan podido interponer en la búsqueda de la convivencia pacífica, así como las experiencias que la han favorecido.

3. La dimensión política del conflicto

Dos elementos importantes para comprender el conflicto político, y, por ende, para buscar su transformación, son la territorialidad y el sujeto político de decisión. Podríamos decir que el núcleo del conflicto político es la posibilidad de ejercer el derecho de autodeterminación, y qué territorios pueden ejercer dicho derecho.

Para dar salida al conflicto, el colectivo percibe como imposible que los distintos sectores lleguen a un acuerdo sobre la definición del sujeto político y, por lo tanto, sobre el derecho de autodeterminación. A pesar de ello, para encontrar fórmulas que puedan satisfacer a todas las partes, se indica que las soluciones tienen que pasar por el desarrollo de fórmulas inclusivas desde las variables de identidad y participación, y por consensuar procedimientos, para poder preguntar a la ciudadanía acerca de su voluntad política que, por motivos estrictamente legales, sedebe de dilucidar en el Parlamento de la Autonomía y en el de la Nación.

A nivel identitario, la interdependencia negativa entre las identidades colectivas vasca y el resto de la española es uno de los elementos centrales del conflicto vasco. Ante este hecho, se señala que la transformación del conflicto de identidades requiere de un reconocimiento de la pluralidad identitaria presente en la realidad vasca para su protección, sobre todo en lo lingüístico, indicando que los grupos identitarios no podrán conseguir el 100% de sus objetivos en el marco de una solución global. De igual modo, se apuesta por separar el conflicto de identidades de la dimensión violenta del conflicto, ya que la defensa de las identidades colectivas no está sujeta al uso de la violencia.

Un último aspecto que indica el colectivo, y que puede ser una premisa para estructurar nuevas formas de convivencia política en el País Vasco, es desarrollar visiones dinámicas de la historia, donde las situaciones políticas cambian y pueden ser cambiadas de manera democrática con el objetivo de vivir mejor.

4. Participación ciudadana para la paz

La participación ciudadana se ha considerado como un elemento esencial para la conformación de un escenario de paz sostenible. Los resultados indican que la participación ciudadana para la paz tiene la finalidad de otorgar un protagonismo directo a la ciudadanía en todas las cuestiones que entraña el proceso de paz. Se incide en la importancia de establecer relaciones de influencia bidireccional entre los estratos elevados de toma de decisiones —instituciones, partidos políticos, etc. — y la sociedad civil. Para ello, se señala la relevancia de empoderar a la sociedad, estableciendo foros sociales y otros mecanismos de participación directa. Un aspecto importante al respecto es la necesidad de que la ciudadanía participe en espacios plurales y en foros creados por los rivales o enemigos políticos, no sólo en aquellos organizados por el propio colectivo, traspasando así las barreras del conflicto.

En cuanto a los roles que debe llevar a cabo la ciudadanía vasca, se indica que, por un lado, debe ejercer un rol reflexivo para aportar ideas que puedan ayudar a avanzar, y, por otro, ejercer un rol participativo directo y de «lobby social» para presionar en la solución de los problemas.

Los documentos señalan que la participación ciudadana debe llevarse a cabo mediante fórmulas de distinta índole. Se hace énfasis en los espacios de diálogo ciudadano con representación plural y heterogénea, y en generar cauces para que las decisiones tomadas en el seno de la ciudadana tengan carácter vinculante. Asimismo, se apunta la importancia de las estructuras intermedias de la sociedad, y del trabajo a nivel local, ya que son espacios con posibilidad de crear alternativas y soluciones para la reconciliación y la reconstrucción del tejido social.

5. Las víctimas

Un aspecto imprescindible para consensuar el papel que deben tener las víctimas en la construcción de paz, así como para proponer cuestiones sobre la reparación integral, es compartir una idea o definición de víctima. Esta ha sido una cuestión importante en el caso del conflicto vasco, presentándose grandes dificultades para reconocer el estatus de víctima a diferentes víctimas del conflicto, pues implica la presencia de distintos perpetradores.

En el proceso desarrollado, el colectivo de participantes entiende que las víctimas son aquellas personas que han sufrido vulneraciones de los derechos humanos y un daño inmerecido por parte de los diferentes agentes perpetradores de violencia directa (ETA y grupos afines, Fuerzas Policiales, GAL, y grupos de extrema derecha [Batallón Vasco Español, Triple A ]). Además, se asume que las víctimas del conflicto son aquellas que han sufrido violencia política asociada al conflicto vasco, y que por su calidad de víctima merecen reparación.

Los resultados apuntan a la necesidad de establecer una clasificación de víctimas en función de las vulneraciones de derechos humanos sufridas, pero sin que ello suponga una fuente de comparación entre ellas. Además, en dicha clasificación de víctimas cabe la posibilidad de introducir la figura de víctima/victimario, pues existen casos de personas que han sido perpetradores de violencia y han cometido vulneraciones a los derechos humanos, y al mismo tiempo han sido víctimas.

En cuanto al rol que pueden jugar las víctimas para facilitar un proceso de reconciliación, se afirma lo positivo de brindar testimonio de sus experiencias de manera voluntaria y sin intencionalidad política, o de generar espacios de encuentro entre diferentes víctimas donde se facilite la empatía, la humanización y el perdón, siempre desde la voluntariedad, el respeto y la discreción. Estos dos casos aparecen muy vinculados con la necesidad de transmitir imágenes positivas y ejemplarizantes a la sociedad.

De igual modo, se enfatiza el requerimiento de un reconocimiento social e institucional que favorezca su visibilización y reparación exenta de manipulaciones del sufrimiento por parte de agentes políticos y sociales, y se apunta el reconocimiento mutuo del sufrimiento entre víctimas de diferentes perpetradores como un aspecto importante para la reconciliación entre ellas.

Para reparar a las víctimas, se pone de relieve la necesidad de su reconocimiento a nivel social e institucional, y garantizar sus derechos a la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición, enfatizándose que los crímenes recibidos no queden impunes. También se señala la importancia de devolver un estatus de «normalidad» a la vida cotidiana de las víctimas, no realzando constantemente su rol de víctima, y no requiriendo de ellas para cualquier aspecto vinculado con la paz y la reconciliación, ya que ello puede re-traumatizarlas, haciendo que sus roles sociales siempre estén relacionados con su victimización o la de sus familiares.

6. Los/las presos

La temática de los presos vinculados con ETA y con el MLNV es una cuestión central para la construcción de paz en el País Vasco. Las directrices de la política antiterrorista del Estado español han supuesto un tratamiento excepcional a las personas de ETA o el MLNV encarceladas, lo que se ejemplifica en la política de dispersión de presos, y en la no aplicación de medidas penitenciarias aplicables a cualquier recluso.

Se apunta a la necesidad de un proceso bilateral entre los presos de ETA y el Estado, indicándose que el gobierno del Estado Español tiene que responder a los pasos dados por el colectivo de presos de ETA, como por ejemplo la aceptación por parte de éstos de la legalidad penitenciaria española.

En términos concretos, los resultados afirman la importancia de acabar con la dispersión de los presos, acercándolos a las cárceles próximas a sus domicilios, de excarcelar a presos enfermos, favorecer salidas individualizadas mediante la aplicación de la legislación penal ordinaria, y revisar las penas en función de los tipos de crímenes cometidos (asesinatos, kale borroka, política, etc.). A estas cuestiones se añade la necesidad de facilitar canales reales de reinserción por parte de las administraciones públicas competentes, entendiéndose que la reinserción pasa por no poner penas extras a los expresos negándoles derechos civiles o políticos o favoreciéndose la inserción laboral.

Por último, se señala que los presos pueden tener un rol activo en el establecimiento de un escenario de paz sostenible. Se indica que esto puede estar asociado a una renuncia expresa de la violencia para favorecer su deslegitimación social, a aceptar el estado de las vulneraciones cometidas colaborando con su esclarecimiento, o a aportar imágenes positivas para la reconciliación y realizando un trabajo pedagógico para la sociedad en general y para los afines ideológicamente. Además, se afirma que la salida de los presos debe llevarse a cabo con discreción y mesura, de tal manera que no suponga un agravio a las víctimas.

Referencias

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