Violencia vasca, fundamentalismo, ejército y rebeldía. (IV). Sobre los conocimientos y la valoración ética de la juventud universitaria vasca en el caso del terrorismo

Violencia vasca, fundamentalismo, ejército y rebeldía: Identidades (IV). Sobre los conocimientos y la valoración ética de la juventud universitaria vasca en el caso del terrorismo

BASQUE FUNDAMENTALIST VIOLENCE, THE ARMY AND REBEL: IDENTITIES

Iker Usón González

Universidad de Deusto

iker.uson@deusto.es

RESUMEN: El artículo ligeramente modificado en aquellos aspectos con los que no se estaba acorde con el autor original, Iker Usón González, presenta los resultados de una investigación, la primera realizada en el País Vasco, sobre el nivel de conocimiento y los discursos que la población universitaria tiene respecto de las vulneraciones de Derechos Humanos de motivación política producidas en el pasado reciente de Euskadi. A través de un cuestionario a casi mil jóvenes de entre 18 y 29 años de grados universitarios de Ciencias Sociales y de la Educación de la UPV-EHU, Deusto y Mondragón Unibertsitatea y bajo un muestreo no probabilístico, el estudio muestra un alumnado con un alto interés por estos temas, pero insatisfecho respecto de la información recibida. También se evidencia un significativo nivel de desconocimiento sobre hechos concretos unido a un compromiso muy alto con la dignidad humana y un nítido rechazo de la violencia.

PALABRAS CLAVE: Juventud, Universidad, Euskadi, terrorismo, vulneraciones, Derechos Humanos, motivación política.

ABSTRACT: The article, slightly modified in those aspects that were not in agreement with the original author, Iker Usón González, presents the results of an investigation, the first carried out in the Basque Country, on the level of knowledge and the discourses that the university population has regarding the violations of Human Rights of political motivation produced in the recent past of Euskadi. Through a questionnaire to almost a thousand young people between 18 and 29 years of university degrees in Social Sciences and Education from the UPV-EHU, Deusto and Mondragón Unibertsitatea and using a non-probabilistic sample, the study shows a student body with a high Interest in these topics, but dissatisfied with the information received. There is also evidence of a significant level of ignorance about specific facts together with a very high commitment to human dignity and a clear rejection of violence.

KEY WORDS: students; Human Rights; terrorism; political reasons; Basque Country;

Introducción

El cese definitivo del uso de la violencia comunicado por ETA en octubre de 2011, junto con la participación normalizada en la elecciones municipales y forales en mayo del mismo año de todas las fuerzas políticas, abrieron un nuevo ciclo político y social en la Comunidad Autónoma de País Vasco (CAPV). Este nuevo ciclo es una oportunidad histórica para terminar con las últimas cinco décadas de uso de la violencia y conculcaciones de Derechos Humanos y para la promoción de un proceso de reconciliación social.

 Fruto de ello se ha producido un aumento muy significativo del compromiso de las instituciones públicas vascas con las temáticas de la paz y la convivencia. Es así como el propio Gobierno Vasco cuenta hoy en día con una Secretaría General para la Paz y la Convivencia; se ha creado el Instituto de la Memoria, Gogora, perteneciente también al Gobierno Vasco, y las Diputaciones Forales y los Ayuntamientos desarrollan planes, programas y acciones en estas materias. Puede decirse que la CAPV cuenta, hoy en día, con una nueva política pública con estructuras, normativas y presupuestos propios.

Uno de los objetivos que puede visualizarse como común denominador a todas las acciones que se desarrollan dentro de esa nueva política pública es la de promover en la sociedad vasca una consolidación de un compromiso inequívoco con los Derechos Humanos. Un compromiso que deslegitime el uso de cualquier forma de violencia con fines políticos. Un compromiso que, asumiendo la presencia del conflicto como hecho natural e inherente a toda sociedad, no haga de éste una excusa para la vulneración de derechos, tal y como se ha producido en nuestro pasado reciente, sino que sea precisamente en el marco de los conflictos sociales, donde la dignidad humana sea un valor absoluto e inviolable.

Este objetivo tan loable y necesario de consolidación de un discurso ético parece más importante aún para el caso de la población joven. Por un lado, son ellos los que en el futuro gestionarán los conflictos sociales que de forma inexorable se darán en la sociedad vasca. Pero, por otro lado, son ellos, los que no han vivido en primera persona, o no como las generaciones que les preceden, los años de vulneraciones que se han producido en la sociedad vasca. Parece por lo tanto lógico y adecuado que sean ellos, los  jóvenes vascos, uno de los colectivos sociales a priorizar en las acciones que aspiren a consolidar el citado compromiso con los Derechos Humanos.

Con el objetivo de conocer mejor la realidad de la juventud, la Secretaría de Paz y Convivencia del Gobierno Vasco encargó en julio de 2016 la realización de una investigación para conocer el nivel de conocimiento y los discursos que la población universitaria tenía respecto de las vulneraciones de Derechos Humanos de motivación política producidas en el pasado reciente. La citada Secretaría consideró que, a partir de los resultados de la investigación, sería posible identificar las áreas de mejora, así como criterios que promoviesen una mayor implicación de la población joven en las políticas de paz y convivencia. Este artículo presenta y analiza parte de los resultados y conclusiones más relevantes de este estudio.

La concepción de los Derechos Humanos desde la que se ha trabajado en este estudio es la que se recoge en la exposición de motivos de la Ley 4/2008, de 19 de junio de reconocimiento y reparación a las víctimas del terrorismo, cuando dice que «la práctica y la jurisprudencia internacional y comparada han demostrado claramente que puede haber violaciones graves de los Derechos Humanos perpetradas por grupos privados que actúan al margen del Estado, al igual que, en ocasiones, se ha demostrado que algunos de estos grupos privados pueden actuar con el asentimiento del propio Estado o de sectores del mismo». Por otro lado, se considera esta violencia como de motivación política para concretar mejor el tipo de vulneraciones a las que este estudio se refiere y que, entre otros, está en sintonía con el Informe sobre víctimas de vulneraciones de Derechos Humanos derivados de la violencia de motivación política (Eusko Jaurlaritza 2008) donde se establece que el hecho de calificar de esa manera no conlleva per se justificación de unas u otras prácticas pues, desde un punto de vista criminológico, la violencia de motivación política es un término descriptivo que hace referencia a un determinado contexto, en concreto a las características de impulso de la acción criminal.

Toda investigación social se inicia con la identificación de un problema y la delimitación de los objetivos que reflejan las intenciones del investigador. En este caso, la propia identificación del objeto de investigación se considera que tiene una considerable complejidad. Para empezar, ni la propia denominación del período de violencia objeto de este estudio queda exenta de posible discusión ya que entiendo que la violencia deriva de las guerras carlistas del siglo XIX, Guerra civil de 1936-39 y el posterior régimen del Generalísimo Franco. El tema sobre el que se analiza el conocimiento y diversos discursos entre la población joven universitaria es calificado por algunos como terrorismo y limpieza étnica (Llera 2013); por otros como violencia fruto de un conflicto político. En este caso, el estudio ha optado por una denominación lo más inclusiva posible que explicita tanto el «terrorismo», causante en el caso de ETA de mayor número de víctimas mortales (López 2015), como «las vulneraciones de Derechos Humanos», haciendo propio el principio rector del Informe de Vulneraciones de Derechos Humanos en el caso vasco 1960-2013, cuando establece que «ninguna idea, ningún proyecto político, ningún amor patrio, ninguna razón de Estado pueden anteponerse al núcleo intangible de los Derechos Humanos: la vida, la integridad física y psíquica, la dignidad moral de la persona humana. Asesinar, mutilar, torturar, secuestrar, envilecer, corromper a un ser humano no tiene justificación moral en ninguna circunstancia» (Eusko Jaurlaritza 2013). En modo alguno ello supone una igualación o equidistancia, sino un posicionamiento que aspira a un «reconocimiento de todas las víctimas y de las violaciones de Derechos Humanos sufridas por ellas», tal y como recoge el informe sobre el pasado del municipio de Errenteria elaborado por Argituz y que contó con el apoyo de todos los partidos políticos municipales (Argituz 2012). Este estudio hace suyas las palabras del Informe de Vulneraciones de Derechos Humanos en el caso vasco 1960-2013, cuando establece que «todas las personas que han sufrido violaciones graves de Derechos Humanos deben gozar de los derechos a la verdad, a la justicia y a la reparación» (Eusko Jaurlaritza 2013).

Respecto de la técnica de investigación utilizada debe reconocerse que, como posteriormente se describirá con más detalle, se ha optado por un cuestionario cerrado de 25 preguntas al considerarse que éste era el instrumento más útil para: 1) obtener una primera fotografía respecto de una serie de variables como interés, conocimiento, valoración de lo sucedido o disposición al compromiso; 2) sobre una muestra amplia y muy distribuida territorialmente a lo largo de la CAPV; y 3) con un período de trabajo de investigación no superior a los seis meses (Muñoz 2003). También, se ha optado por este instrumento porque, como acaba de destacarse, el propósito principal era realizar un primer registro de información básica sobre un objeto de estudio aún no muy investigado. Por lo tanto, se ha priorizado conformar un primer acercamiento a través de información lo más objetiva posible, analizando sólo datos cuantitativos procedentes de un estudio del Gobierno Vasco plasmadoS en parte por Iker Usón, doctorando en el momento del análisis y cuyo trabajo se extracta ahora con mis propias conclusiones y comentarios.

1. Muestra

Dado que la comunidad universitaria es muy amplia, la investigación se ha centrado en el universo que conforman los estudiantes de los grados de Ciencias Sociales y de la Educación de las tres universidades que conforman el sistema universitario vasco: Universidad del País Vasco (EHU/UPV); Universidad de Deusto y Mondragón Unibertsitatea.

Estas tres universidades, y más concretamente en los estudios universitarios citados, ya habían participado en el proyecto Ahotsak. Este fue un proyecto pionero implementado en el curso 2015-2016, a petición del Gobierno Vasco, para promover una primera experiencia interuniversitaria de trabajo directo con el alumnado sobre las temáticas del terrorismo, la violencia y las vulneraciones de Derechos Humanos. A la vista de los resultados positivos de esta experiencia, se consideró adecuado trabajar con los mismos grados universitarios para dotar así de mayor viabilidad a esta investigación.

El proyecto se comprometió inicialmente con una muestra de 300 alumnos de las universidades y estudios citados y con presencia de los campus de los tres territorios. Finalmente, el número de cuestionarios fue muy superior a los 300 inicialmente comprometidos, llegando a un total de 1.011, de los que se consideraron como válidos para el análisis definitivo 939.

Se realizó un muestreo estratificado no probabilístico con alumnado de primer curso de los grados adscritos a las Facultades de Ciencias Sociales y de la Educación de EHU/UPV, Mondragon Unibertsitatea y Universidad de Deusto, de los tres territorios de la CAPV. En concreto, la selección de la muestra se realizó de la siguiente manera: se presentó el estudio a los decanatos de las facultades objeto de este estudio y una vez conseguido su visto bueno para colaborar, lo comunicaron a todo su profesorado. Posteriormente se envió un correo electrónico a este profesorado para confirmar o no su disposición a ofrecer parte del tiempo de una de sus clases para realizar el cuestionario. El aumento final de la muestra se debió a la respuesta positiva del profesorado para colaborar con el estudio, de manera que se llegó a superar con creces el número de alumnos inicialmente comprometido. Finalmente, un 57% de los participantes pertenecían a la EHU/UPV, un 24% a la Universidad de Deusto y, un 19% a Mondragón Unibertsitatea.

Para el caso de EHU/UPV el trabajo de campo se realizó en el campus de Bizkaia, en el de Gipuzkoa y en el de Araba. Para la Universidad de Deusto en sus dos campus en Euskadi, en Bilbao y San Sebastián. Finalmente, para el caso de Mondragón Unibertsitatea, se realizó en Gipuzkoa, en sus sedes de Eskoriatza y Aretxabaleta. El estudio se dirigió al alumnado que estaba cursando el primer curso de los grados adscritos a las Facultades de Ciencias Sociales y de la Educación. De todas las personas participantes, un 57,8% tenían 18 años; un 15,8%, 19 años y, un 8,1%, 17 años. Se ha incluido en el estudio alumnado de entre 18 y 29 años, siguiendo el criterio que Instituto Vasco de Estadística, EUSTAT (2016) utiliza para sus estudios sobre la juventud, así como otros de nivel estatal, como el Instituto de la Juventud (INJUVE 2016).

Respecto de la provincia de residencia, el alumnado participante se ha repartido de tal manera que la mayoría reside en Gipuzkoa (46%), en segundo lugar, en Bizkaia (35%) y en tercer lugar en Araba (14%). Un 5% de alumnado era de fuera de la CAE.

Finalmente, el 72% del alumnado que ha cumplimentado el cuestionario, han sido mujeres; mientras que un 28% han sido hombres. La explicación a esta significativa diferencia se encuentra en que el estudio se ha centrado en los grados de Educación y Ciencias Sociales, en los que se da una fuerte y marcada feminización tal y como recoge Navarro y Casero (2012), variable que estaba fuera del control del estudio y por lo que no se puede extrapolar a la sociedad en su conjunto dado que la muestra está sesgada.

2. Instrumentos utilizados

El proyecto planteó la realización de un cuestionario conformado por un total de 25 preguntas. El cuestionario fue contrastado con profesorado investigador, así como con un pretest a un grupo de estudiantes de la universidad de Deusto de Trabajo Social el día 11 de octubre de 2016.

La apertura del cuestionario la conformaban cinco preguntas iniciales de identificación centradas en recoger información sobre algunas de las características de la muestra ya comentadas: universidad de la que eran alumnos, edad, provincia de residencia, en concreto si vivían en un pueblo o en una ciudad, y sexo.

Posteriormente se presentaban las preguntas repartidas en ocho bloques temáticos: 1) interés por las problemáticas de Derechos Humanos; 2) interés en concreto por los temas de paz y convivencia tanto a nivel personal, generacional como intergeneracional, con respecto a sus padres y madres; 3) nivel de satisfacción con la información recibida sobre los hechos ocurridos, así como la identificación de las fuentes de esa información y su nivel de influencia; 4) nivel de conocimiento tanto para medir la autopercepción generacional como para conocer la capacidad para definir, distinguir y describir vulneraciones y actos terroristas ocurridos; su participación en actividades relacionadas con esta temática así como su disposición a futuro; 5) cuestiones claves de la agenda de paz y convivencia como la política de víctimas, memoria y tortura; 6) el rol de la universidad para promover el trabajo en estos temas; 7) su proyección de futuro respecto de la repetición o no de las vulneraciones perpetradas o similares, y finalmente, 8) su posicionamiento ideológico e identitario.

3. Procedimiento

En septiembre, el Gobierno Vasco aprobó la propuesta de proyecto presentado, que incluía una aproximación a la metodología, muestras y principales variables a estudiar. Una vez testado el cuestionario con un grupo de estudiantes y, recibidas las aportaciones de otros investigadores, se procedió a la definición final del mismo. Desde septiembre se había iniciado ya el proceso de petición de colaboración de las tres universidades a través de encuentros personalizados con sus responsables. Recibido el visto bueno, se procedió a proponer al profesorado, vía correo electrónico, la posibilidad de pasar el cuestionario en alguna de sus horas lectivas. Confirmada su colaboración, el trabajo de campo se realizó entre el 24 de octubre y el 11 de noviembre de 2016. Una persona en nombre del equipo accedió a las aulas y el alumnado recibió una breve exposición sobre el objeto del estudio, así como sobre la total voluntariedad de la participación en el mismo, de la que quedó constancia, a través del acta de consentimiento. El nivel de participación y cumplimentación del cuestionario fue casi total, registrándose solo cuatro negativas a terminar el cuestionario por mostrarse contrarios al mismo.

Para el análisis de los datos el doctorando utilizó el programa SPSS. Tras un volcado de todos y cada uno de los cuestionarios validados en dicho programa, se realizó un análisis descriptivo de frecuencias, para así poder, en función de su magnitud cuantitativa, establecer un orden de los datos. Dicho orden le permitió construir diferentes gráficosicos, realizados exclusivamente por el doctorando y que figuran en este trabajo paralelo como “Elaboración propia a partir de los datos del estudio, para cada una de las preguntas del cuestionario mostrando la distribución de la muestra entre las diversas opciones de respuesta.

4. Resultados

4.1. Autopercepción de conocimiento y fuentes de información

Una cuestión que este estudio consideraba altamente relevante era el análisis del conocimiento que la juventud universitaria tenía respecto del terrorismo y las vulneraciones de Derechos Humanos ocurridas en la CAPV. Se comparte el punto de vista del Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo cuando establece que «el conocimiento del pasado y la reflexión sobre lo ocurrido es fundamental para que, a partir de la experiencia dolorosa de las víctimas, la sociedad, y en especial los más jóvenes, se ratifiquen en los principios del respeto a los demás, la defensa del pluralismo y la superioridad del Estado de Derecho frente a la violencia» (Fundación Centro para la memorial de las víctimas del terrorismo 2016). Para ello las preguntas se distribuyeron en dos bloques: por un lado, su autopercepción generacional respecto de ese grado de conocimiento, así como la identificación de las fuentes de información de dicho conocimiento; y, por otro lado, un apartado que ofreciera un primer estado de la cuestión de dicho nivel de conocimiento, sometiéndolo a unas preguntas directas al respecto.

Cuando el alumnado ha sido preguntado sobre su opinión respecto del nivel de conocimiento que cree tiene la juventud sobre el terrorismo y las vulneraciones de Derechos Humanos en Euskadi, una gran mayoría se ha ubicado en posiciones intermedias. Así un 80,5% ha contestado en una escala de 1, muy bajo conocimiento y 5, muy alto, las opciones 3 (47.6%), 4 (9,7%) y 5 (1,3 %). En cualquier caso, también debe subrayarse que su percepción, en buena medida, no es lo positiva que debería ser pues la suma de las opciones 3, 4 y 5 nos llevaría a un dato de respuestas (58,6%) que no parece a primera vista suficiente para una sociedad que ha sufrido el terrorismo durante 50 años. Respecto de las fuentes de información sobre lo ocurrido, las tres más citadas son los medios de comunicación, en un 68% de las respuestas; la familia con un 59% y las redes sociales e internet con un 54%. A una gran distancia se encuentran los amigos con un 35%, el colegio con un 34% o los libros, como última opción, con un 13%.

Tres teorías clásicas de la sociología como la Escuela de Frankfurt, la funcionalista parsoniana y la fenomenológica han recogido el papel de la familia como agente clave en la transmisión de conocimientos, valores y normas (García 1993). En concreto como recogen García de León, de la Fuente y Ortega en la familia, «los niños se nutren de los valores que podríamos llamar públicos, es decir los que configuran la identidad nacional y cultural de un país, los que conforman su sistema de modo de pensar y sentir y, por último, los valores cívicos, plasmados a través de normas y derechos en su organización colectiva y de cuyo ejercicio depende la permanencia del sistema político» (García 1993). Por ello, el estudio quería conocer el nivel de influencia que la juventud universitaria consideraba que ha tenido su familia en el conocimiento de lo ocurrido; esto es, el papel que la familia ha tenido como trasmisor del pasado, asumiendo que su influencia está altamente contrastada (Montañes 2008). Para una mayoría significativa, un 60,7%, la influencia ha sido alta o muy alta. Un 34,2% se ubica en los niveles de influencia bajos o muy bajos, aunque de estos, un 17,2%, más de la mitad, lo valora en las posiciones 4 y 5 de una escala de 1 a 10.

El sistema educativo, y específicamente el colegio, ejerce un papel socializador de primer nivel en la socialización de las personas pues en «la escuela se aprenden muchas cosas que no tienen nada que ver con el contenido formal de las lecciones» (Giddens 2010). Al respecto, el alumnado se muestra dividido. Ciertamente, es mayor el número de los y las que consideran la influencia como muy baja o baja, concretamente la mitad, un 50,7 %, frente a un 44,2 % que, al contrario, reconocen una influencia alta o muy alta del colegio en su nivel de conocimiento. Sin embargo, para ambos bloques, son las posiciones intermedias con tendencia ascendente (5, 6 y 7 de una escala de 1 a 10) las tres que más respuestas reciben, sumando entre todas un 40,6% del total.

Sobre el nivel de satisfacción que el alumnado tiene respecto de la información recibida sobre el terrorismo, la violencia y las vulneraciones de Derechos Humanos producidas en la CAPV, la juventud universitaria no se muestra satisfecha. Un 60% responde que se encuentra muy insatisfecho (11%) o poco satisfecho (49%), frente a un 31% que opina que está bastante satisfecho y sólo un 2% que se ubica en el muy satisfecho. Esto indica que las Instituciones vascas no han transmitido a los jóvenes la información necesaria para el conocimiento del problema.

4.2. Nivel de conocimiento

Como ya se ha comentado, el análisis sobre el conocimiento contaba con un segundo bloque que aspiraba a conocer el nivel de consistencia de este, sometiéndolo a una serie de preguntas que permitiesen un acercamiento a la capacidad del alumnado para conocer hechos, o distinguirlos de otros, así como para definir agentes u organizaciones que han vulnerado Derechos Humanos en CAPV.

Debe destacarse que han sido las preguntas de este apartado las que han acumulado el mayor número de respuestas «NS/NC» (no sabe, no contesta) de todo el cuestionario. Este estudio considera que es especialmente interesante reflexionar sobre las razones que han motivado estos índices tan altos de «NS/NC». Las razones por las que las personas optan por esta opción en las encuestas no ha sido objeto de muchos estudios y, sin embargo, «toda abstención tiene un sentido, al igual que lo tiene en el voto político» (Cruz 1990). En la misma línea se posiciona Passeron, quien considera que la no respuesta es la que viene a recoger todas aquellas no contempladas en las preguntas y que, por lo tanto, requiere de un análisis de sus causas (Passeron 1982).

Los estudios al respecto vienen a reflejar que las causas pueden ser múltiples. Es el caso de Azorín que cita cuatro grandes causas: la falta de conocimiento, la negativa a cooperar, el adiestramiento de los entrevistadores y la motivación de los informantes (Azorín 1986). Otra perspectiva complementaria a esta sería la de Zeisel (1986), así como la de Martinez (1968) que consideran que se podrían distinguir dos grandes grupos de personas encuestadas que optan por el «NS/ NC»: las que no tienen conocimiento u opinión, luego no saben y, por lo tanto, elegirían apropiadamente esta respuesta; y aquellas que pese a que saben o conocen sobre el tema preguntado, en palabras de Martínez, «no quieren contestar» (Martínez 1968), o en las de Zeisel (1986), son «falsos o evasivos», y que una vez analizada la situación prefieren no manifestar su opinión.

Para el caso de este estudio se considera que el porcentaje tan elevado de este tipo de respuestas se encuentra en el primero de los grupos, esto es, que ante su desconocimiento sobre lo que estaban siendo preguntados, los participantes respondieron «NS/NC», y no porque no quisieran cooperar o para evadir su respuesta. De los numerosos atentados terroristas de ETA (Euskadi ta Askatsuna), el de Hipercor, ocurrido el 19 de junio de 1987, y en el que en fueron asesinadas 21 personas, tiene el triste honor de ser el atentando con más víctimas mortales de los cometidos por ETA. Al ser preguntados al respecto, los y las jóvenes universitarias se encuentran divididos en dos bloques: uno mayoritario, concretamente el 50%, que ha optado por la casilla NS/NC, esto es que no sabe o no contesta; frente a un 44% que ha elegido la respuesta correcta. Las otras dos opciones ofrecidas se han quedado en un 6%. Como ya se ha dicho, este estudio se inclina por pensar que la mayoría de ellos y ellas que han elegido «NS/NC» lo han hecho para mostrar su desconocimiento o fuertes dudas sobre el hecho en cuestión y no por evadir la pregunta o no colaborar. Si a ellos se suman las respuestas incorrectas se alcanza un 56% de todas las respuestas y, por lo tanto, puede decirse que, la mayoría de la juventud universitaria participante no tiene conocimiento suficiente sobre el atentado de Hipercor.

Otro hecho del pasado reciente de la historia de Euskadi en materia de vulneraciones es el conocido como «caso Lasa y Zabala». José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala fueron secuestrados, retenidos, torturados, asesinados y hechos desaparecer sus cuerpos por miembros de la Guardia Civil que eran parte de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL) (Miralles y Onetti 2006; sentencia de la Audiencia Nacional del año 2000). El alumnado mayoritariamente conoce los hechos, pues un 54% de las respuestas ha elegido la opción correcta. Sin embargo, un significativo 32% ha optado por el «no sabe, no contesta» que este estudio considera que denota fundamentalmente «desconocimiento». Sólo un 1% ha optado por la opción que pudiera calificarse como más alejada de la temática, pero resulta llamativo que un 13% considere que este caso es precisamente obra de ETA, lo que no sólo indica que no conocen adecuadamente lo ocurrido, sino que se da un alto nivel de confusión al respecto.

En el año 1997, un año antes de que la mayoría de los participantes de este estudio nacieran, Miguel Ángel Blanco, concejal del Partido Popular en Ermua, fue secuestrado por ETA, que dio un plazo de 48 horas al Gobierno de España para que los presos de esta organización fueran acercados a Euskadi si no quería que aquel fuera asesinado. La amenaza se cumplió y Miguel Ángel Blanco fue asesinado. Los momentos previos, así como los posteriores a su muerte generaron una movilización social ciudadana única de repulsa a ETA (Sabucedo 2000) tanto a nivel del Estado como también en Euskadi. Para muchos, marcó un punto de inflexión en la movilización ciudadana a favor del fin de ETA (Zarzalejos 2005). Es por ello por lo que se ha preguntado al alumnado participante sobre si sabían que Miguel Ángel Blanco había sido secuestrado y asesinado por ETA. La respuesta mayoritaria ha sido afirmativa en un 53% lo que me parece muy insuficiente. Un 40% ha optado por la opción «no sabe, no contesta» que refleja la existencia de desconocimiento sobre este hecho en cuestión. La respuesta negativa ha sido de un 7%.

La década de los años 80 fue especialmente negra en lo que respecta a vulneraciones de Derechos Humanos. Es la década en la que más personas son asesinadas por ETA (más de 400 y sólo en un año; en 1980, 118 personas) (López 2015), pero es también el momento en el que surgen los GAL. El alumnado universitario que ha participado en este estudio de manera mayoritaria conoce adecuadamente este hecho, pues un 55% de ellos ha escogido la opción afirmativa. Nuevamente, el nivel de desconocimiento es significativo, pues un 38% ha optado por el «no sabe, no contesta» y un 7% por las dos opciones que menor nivel de similitud tenían con la realidad histórica.

4.3. Valoración ética

El presente trabajo proponía también analizar la valoración ética de este tipo de hechos en general y, en particular, el uso de la violencia y las vulneraciones de Derechos Humanos, como recurso aceptable o no en la gestión de los problemas sociales y políticos. Se considera que la reflexión ética es tan importante como el conocimiento sobre el pasado de vulneraciones que éste puede provocar en la juventud universitaria, para promover en ellos un actitud ética, o lo que Fernando Savater define como «una reflexión individual sobre la libertad propia en relación con la libertad de los demás y con la libertad social en que nos movemos» (Savater 2002). Para ello, se presentaron en el cuestionario un total de seis afirmaciones ante cada una de las cuales, debían mostrar su grado de acuerdo.

a. Prevalencia del derecho a la vida

La primera afirmación planteaba la prevalencia o no de los proyectos políticos sobre el derecho a la vida de las personas: «Ningún proyecto político es más importante que el derecho a la vida de una persona». La gran mayoría de las respuestas, un 91%, ha respondido que están totalmente o bastante de acuerdo con la afirmación, un 66% corresponde a aquellos/as que han respondido que están totalmente de acuerdo con la afirmación. El nivel de desacuerdo queda pues reducido a un 2%. El nivel de personas que han optado por la opción «no sabe, no contesta» a diferencia del apartado anterior, es de un 4%.

b. Posicionamiento Personal

En segundo lugar, el alumnado debía responder a una cuestión sobre la que la ciudadanía en general es habitualmente consultada en estudios de opinión sobre la cuestión de la paz y la convivencia en Euskadi, como es si el actual escenario puede considerarse como una situación de paz. Ante la afirmación de sí «En la actualidad, en Euskadi vivimos en una situación de paz», los jóvenes participantes se muestran divididos en dos bloques. Así un 49% ha considerado que está totalmente o bastante de acuerdo con la afirmación, frente a un 47% que ha considerado que está poco de acuerdo o en desacuerdo. Se considera que la existencia de diferentes concepciones sobre el concepto de paz entre los participantes los ha llevado a considerar que la desaparición de la violencia de ETA no supone que la actual situación puede calificarse como tal.

c. rechazo de la violencia de ETA

La tercera afirmación se centraba en el nivel de deslegitimación de la violencia concreta de ETA, a través de la afirmación, «Estoy en contra de la violencia de ETA». La gran mayoría de los estudiantes, un 79%, ha respondido que está totalmente o bastante de acuerdo con la afirmación. De hecho más de la mitad, un 57%, ha considerado que está «totalmente de acuerdo» con la afirmación. Un 12% ha optado por las respuestas de «poco de acuerdo» o «en desacuerdo», pero sólo un 2% ha escogido esta última.

d. Rechazo de toda acción violenta

La cuarta afirmación no se centraba en los hechos ocurridos en Euskadi, sino que planteaba una afirmación general sobre la necesidad de rechazar éticamente o no las acciones violentas: «Toda acción violenta que atente contra la dignidad de una persona debe ser rechazada». Para la gran mayoría de los jóvenes participantes, la violencia contra la dignidad de las personas es claramente rechazable, pues un 65% ha respondido estar «totalmente de acuerdo» con esa afirmación. Si se toma en cuenta que otro 21% ha optado por estar «bastante de acuerdo», el resultado es de un 85% de rechazo a toda acción violenta. El nivel de desacuerdo es muy bajo, con sólo un 1% que está «en desacuerdo» y un 6% que está «poco de acuerdo».

e. lucha contra el terrorismo

El expediente del Estado también ha quedado manchado en el caso de las vulneraciones de Derechos Humanos producidas en el caso vasco en la historia reciente, al deslizarse hacia actos ilegales para, por ejemplo, luchar contra ETA (López 2015).

Al mismo tiempo, la actual coyuntura de terrorismo internacional ha puesto nuevamente sobre la mesa la actitud que los Estados deben tomar ante esta problemática y, más concretamente, si es aceptable o no la vulneración de ciertos derechos para evitar atentados (Departamento para los Derechos Humanos, el Empleo y la Inserción Social, 2006). En concreto, los estudiantes participantes se muestran claramente en contra de la vulneración de derechos básicos para luchar contra el terrorismo. Un 76% de todos ellos ha considerado que está «totalmente» o «bastante de acuerdo» con la afirmación de que «El Estado no debe vulnerar derechos básicos de las personas en nombre de la lucha contra el terrorismo». En concreto, el 51% de todos los participantes ha optado por la opción de mayor nivel de acuerdo. El nivel de bajo acuerdo o desacuerdo queda en un 6%. Sin embargo, debe destacarse que ante esta cuestión se ha dado un nivel significativo de respuestas que ha optado por el «no sabe, no contesta», un 18%. En este caso, se considera que puede deberse al empleo de determinadas palabras, poco comunes en el lenguaje corriente» (Cruz 1990).

f. libertad de expresión

Para terminar este apartado, el alumnado fue preguntado respecto de su percepción personal sobre su libertad para poder hablar en público sobre temas como los tratados en este estudio. Los alumnos participantes se muestran divididos en el nivel de acuerdo o desacuerdo con la afirmación «Me siento libre de expresar en público lo que pienso sobre el terrorismo y las vulneraciones de Derechos Humanos en Euskadi», pues un 49% se muestra «poco de acuerdo o en desacuerdo», mientras que un 44% opina que está «totalmente» o «bastante de acuerdo».

Conclusiones

El presente estudio es parte de la investigación realizada para conocer el nivel de conocimiento y los discursos que la población universitaria tenía respecto de las vulneraciones de Derechos Humanos de motivación política producidas en el pasado reciente (1960-2010). De todo lo expuesto, se quieren destacar las siguientes conclusiones:

En primer lugar, que este estudio es una primera aproximación que por su propia orientación metodológica, cuantitativa a través del uso de una encuesta, es preciso que sea visto desde la humildad, como un primer paso. Para el caso de algunas de las variables analizadas, como las referidas a las motivaciones o las cuestiones de valoración ética, se considera que la encuesta ha ofrecido una primera fotografía muy interesante, pero que ésta requiere de un mayor análisis a través de técnicas cualitativas para conocer la multiplicidad de matices que se encuentran detrás de las repuestas ya prestablecidas que el alumnado eligió. Al mismo tiempo, el número de participantes siendo finalmente muy superior al inicialmente fijado, llegando casi a las mil, ve afectada su representatividad respecto de todo el colectivo de jóvenes universitarios en tanto en cuanto no ha sido un muestreo probabilístico. En consecuencias, los resultados y sus conclusiones no deberían entenderse como extensibles con total garantía a todo el colectivo social pues con una muestra algo diferente, por ejemplo en el tipo de estudios que estén realizando, podría en cierta manera, no ser idénticos.

En segundo lugar, se ha demostrado que existe un amplio margen para la mejora en el conocimiento de la juventud universitaria respecto de las graves vulneraciones del pasado reciente. Pese a que no se ha evidenciado una situación de «memoria pérdida», como a veces se ha llegado a plantear públicamente, no es menos cierto que una mayoría de ellos, presentan lagunas significativas. El alto índice de respuesta de «no sabe, no contesta» en algunas cuestiones como la referida al conocimiento de los hechos, es una prueba de ello. Este desconocimiento es coherente, por un lado, con su alto nivel de insatisfacción respecto de la información recibida, así como, por otro, con la objetiva circunstancia de que muchos de los hechos sobre los que se les preguntó ocurrieron antes incluso de que ellos nacieran. Sin embargo, este estudio ha mostrado que el alumnado no es consciente de su nivel de desconocimiento y que, por lo tanto, se precisan iniciativas políticas que reviertan esta situación, tales como la extensión de la experiencia Ahotsak o la exposición Memoria plaza del Instituto Gogora, por ser recursos listos para ser implementados, ya testados y con valoraciones significativamente positivas como para ser calificadas de buenas prácticas; y finalmente, porque son recursos que apuestan por promover las competencias del sentido crítico a través de los testimonios directores de las personas víctimas de las vulneraciones de derechos humanos, y no desde o para discursos ideológicos o visiones unilaterales sobre lo sucedido.

En tercer lugar, se ha comprobado que el discurso de defensa y respeto de los Derechos Humanos ha calado y está muy presente en la población joven universitaria. Se considera altamente positivo y esperanzador que la actual generación joven, y en este caso universitaria, muestre un claro mensaje a favor de la dignidad humana y contra la violencia. Así un 91% está bastante o totalmente de acuerdo con que ningún proyecto político sea más importante que el derecho a la vida de una persona. En el caso de ETA, siendo la organización terrorista que ha producido el mayor número de vulneraciones del derecho a la vida, entre otras violaciones, ha quedado claro que casi ocho de cada de diez participantes, está totalmente o bastante en contra de su violencia, con un minoritario 2% que se muestra de acuerdo con ella.

A modo de consideración final hay que subrayar que la sociedad vasca viene en los últimos tiempos recorriendo un camino de superación de los años más oscuros de su pasado reciente, dando pasos a favor de una nueva convivencia que, sin negar las diferencias o divergencias, respete escrupulosamente la dignidad humana de todas las personas. El Gobierno Vasco desde hace más de una década, y a partir del nuevo contexto del cese definitivo de ETA, ha promovido múltiples acciones en esta área. En el caso de las dirigidas a la juventud y, claramente desde el espacio universitario, se considera que, a la vista del estudio, son muy necesarias. La ciudadanía adulta del futuro de la CAPV será la responsable, en gran medida, de dar por superado el ciclo de violencia que se viene cerrando. Por ello, se propone que las políticas públicas, y especialmente las de la Universidad, puedan generar más y mejores condiciones para ayudarles en tan digna tarea.

Fuente:

Consultado 20JUN2023, Iker Usón González. file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/1400-Article%20Text-3613-1-10-20180129%20(4).pdf

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