Violencia vasca, fundamentalismo, ejército y rebeldía. (V y último). Las cosas están por resolver.

Violencia vasca, fundamentalismo, ejército y rebeldía: Identidades (V)Las cosas están por resolver.

BASQUE FUNDAMENTALIST VIOLENCE, THE ARMY AND REBEL: IDENTITIES

Enrique Area Sacristán

Teniente Coronel de Infantería y Doctor por la Universidad de Salamanca

enriquearea@live.com

RESUMEN: A partir del objeto investigado se puede llegar a obtener diferentes conclusiones, según el enfoque que el investigador proporcione a su análisis. De esta manera podemos intuir que, bajo el resultado de un proceso de por sí complejo, subyacen graves problemas nacionales como es la falta de sentimiento de pertenencia a una misma colectividad ó la endeble identidad nacional. Este fenómeno que se intuye con el análisis cualitativo, siempre discutido, queda reflejado en el análisis cuantitativo. Se debe señalar que ambos tipos de análisis sustentan diferentes métodos en las que se denominan “Ciencias Sociales”, que no pueden compararse con los de las “Ciencias Formales”, pues éstos, pasan, en el ámbito de aquellas, en la generalidad, a constituirse en herramientas complementarias. Hemos contemplado en las dos series de artículos, siguiendo los criterios de Miguel Beltrán, aplicados a la investigación, los siguientes métodos:

Método Histórico. Este método sostiene que no tiene sentido estudiar el presente sin tener una “sensibilidad histórica” y está enmarcado dentro de la Sociología y de la Psicología Social. En este sentido Sociología, Psicología Social e Historia se complementan al entenderse que unos procesos son consecuencia de otros que han sucedido en el pasado y que podemos considerar en el análisis clásico, “Causas- Efectos Potenciales”, análisis claramente cualitativo.

El método crítico-racional. Es aquel que realiza el estudio en función de los objetivos propuestos, reivindica la restitución de los fines del hombre al ámbito de la racionalidad, esto es, de la ciencia. Recupera para los fines del hombre, para los valores y para el deber ser, su lugar en la ciencia.

El método cuantitativo. Las Ciencias Sociales deben utilizar este método sólo para aquellos aspectos de su objeto que lo exija o permita. Hay que decir en este punto que, según Miguel Beltrán, con el que estoy completamente de acuerdo, se producen dos puntos de vista en la aplicación del método al objeto: por un lado, la perspectiva de un humanismo delirante que rechaza cualquier intento de considerar cuantitativamente fenómenos humanos o sociales, apelando, afirma, a una pretendida dignidad de la criatura humana que la constituiría en inconmensurable. Desde este punto de vista, la Sociedad las puede percibir como ciencias “menores”. Por otro, dice, una actitud compulsiva de constituir a las Ciencias Sociales como miembros de pleno derecho de la familia científica físico-natural, despreciando toda consideración que no sea rigurosamente cuantitativa y formalizable matemáticamente.

El método cualitativo. Así como el método cuantitativo intenta ir a los hechos desnudos, sin tener en cuenta las cualidades que estos poseen, este método reconstruye la realidad a partir de la ideología misma. De esta forma, afirma Miguel Beltrán, el discurso se convierte en el propio objeto de la investigación.

PALABRAS CLAVE: Juventud, Universidad, Euskadi, terrorismo, vulneraciones, Derechos Humanos, motivación política.

ABSTRACT: From the investigated object, different conclusions can be reached, depending on the approach that the researcher provides to his analysis. In this way, we can intuit that, under the result of a process that is already complex, there are serious national problems such as the lack of feeling of belonging to the same community or the weak national identity. This phenomenon that is intuited with the qualitative analysis, always discussed, is reflected in the quantitative analysis. It should be noted that both types of analysis support different methods in what are called «Social Sciences», which cannot be compared with those of the «Formal Sciences», since these pass, in the scope of those, in general, to become complementary tools. We have contemplated in the two series of articles, following the criteria of Miguel Beltrán, applied to the investigation, the following methods:

Historical method. This method maintains that it does not make sense to study the present without having a «historical sensitivity» and is framed within Sociology and Social Psychology. In this sense, Sociology, Social Psychology and History complement each other by understanding that some processes are the consequence of others that have happened in the past and that we can consider in the classic analysis, «Potential Causes-Effects», an evident qualitative analysis.

The critical-rational method. He is the one who carries out the study based on the proposed objectives, claims the restitution of the purposes of man to the field of rationality, that is, of science. It recovers for the purposes of man, for values ​​and for what should be, its place in science.

The quantitative method. The Social Sciences should use this method only for those aspects of their object that require or allow it. It must be said at this point that, according to Miguel Beltrán, with whom I completely agree, there are two points of view in the application of the method to the object: on the one hand, the perspective of a delusional humanism that rejects any attempt to consider quantitatively human or social phenomena, appealing, he affirms, to a supposed dignity of the human creature that would constitute it incommensurable. From this point of view, the Society can perceive them as “minor” sciences. On the other, he says, a compulsive attitude of constituting the Social Sciences as full members of the physical-natural scientific family, disregarding any consideration that is not rigorously quantitative and mathematically formalizable.

The qualitative method. Just as the quantitative method tries to go to the naked facts, without taking into account the qualities they possess, this method reconstructs reality from the ideology itself. In this way, affirms Miguel Beltrán, the discourse becomes the very object of the investigation.

KEY WORDS: students; Human Rights; terrorism; political reasons; Basque Country;

Introducción    

No se llega al mundo con una dotación de creencias o con un repertorio de comportamientos específicos. A diferencia de los animales, cuya existencia está determinada genéticamente, y en algunos casos en forma rígida, los seres humanos pueden actuar de numerosas y variadas maneras. Una simple mirada a través de varias culturas, permite apreciar que el comportamiento humano no sigue siempre el mismo patrón. Las diferencias pueden ser sorprendentes, incluso en aspectos significativos de la experiencia como la religión, el gobierno, el matrimonio o la educación. Todo esto revela la naturaleza extraordinariamente plástica del comportamiento humano, y el hecho de que éste no depende fundamentalmente de ningún factor anterior a la existencia social.

Cuando se enfatiza sobre conceptos como herencia o instinto para explicar el comportamiento, se busca disminuir la importancia de la interacción y del ambiente, centrándose en variables no sociales. En la actualidad, la mayor parte de la evidencia acumulada, apunta en el sentido de que el comportamiento se adquiere en el contacto con los demás, de modo que tiene un origen social.

En una frase, es en las interacciones, y con más propiedad, en los procesos de influencia que se desarrollan al interior de ellas, en donde podemos encontrar las causas efectivas del comportamiento. Esto no significa que carezca de sentido hablar de herencia o código genético, pero es preciso no sobredimensionar su valor.

De esta manera, un estudio riguroso de la interacción social y de los procesos de influencia que se producen ligados a ella, nos permitirá una perspectiva suficiente como para comprender y explicar el comportamiento humano.

    Denominar estrategia a la Gestión de RR.HH. no responde sólo a una moda que actualmente se desarrolla en determinados Departamentos de la Nación y de las Comunidades Autónomas o de las empresas, sino, fundamentalmente, a una orientación dinámica, integradora y congruente de la función de personal con los objetivos nacionales marcados por la Dirección de los procesos.

Estrategia es, según Thietart, el conjunto de decisiones y acciones relativas a la elección y a la articulación de los recursos con miras a lograr los objetivos propuestos.

    Es un proceso de dirección que reúne las siguientes características:

  1. Orienta las acciones durante un tiempo determinado.
  2. Afecta tanto a los ámbitos externos, otras Naciones, como a los internos (cultura, estructura organizativa, motivación, participación, etc.).
    3. En su fase de elaboración, consiste en un conjunto de decisiones respecto a los recursos, objetivos generales y opciones posibles.
    4. En su fase de aplicación, se refiere a un conjunto de acciones que conforman los planes operativos, su ejecución y elaboración.

    La estrategia, en la generalidad, va mucho más allá de la pura elaboración (planificación estratégica). Comprende también la aplicación o ejecución de la misma.

    No se circunscribe al entorno exterior, que es muy importante, sino que son tanto o más importantes los factores internos, como los RR.HH., que adquieren un valor estratégico por cuanto contribuyen no sólo al éxito del proyecto de Nación o empresa sino, también a la elección del mismo, colaborando en el proceso de elaboración y, lo que es mas importante, en el de ejecución-aplicación de la estrategia.

    El procedimiento estratégico consta de dos etapas:

    1. Formulación de la estrategia.
    2. Aplicación.

    En la etapa de formulación, se trata de dar respuesta a las siguientes preguntas:

    – ¿Qué queremos hacer?.
    – ¿Podemos hacerlo?.
    – ¿Cómo hacerlo?.

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Etapas en la formulación de la estrategia.

Es decir, se trata de definir con claridad el proyecto o misión de la Nación en su entorno, diagnosticando las limitaciones y oportunidades internas y externas, para formular objetivos, identificar estrategias posibles y elegir las que se van a poner, probablemente, en práctica.

    La implicación de los RR.HH. en la elaboración de la estrategia de la Nación puede presentar diversos grados de participación, según el tipo de Sistema Político y el nivel de desarrollo alcanzado en la gestión de RR.HH.

Debemos de pensar, como premisa fundamental y lógica, que nuestros dirigentes políticos actúan basándose en Planes y que las desviaciones sobre ellos son la causa de las acciones correctoras, remediadoras y preventivas. Es decir las decisiones de los Gobiernos se ajustan a lo que se denomina en Ingeniería de Calidad Ciclo PDCA. o “Rueda de Deming”.

El Ciclo PDCA. (Plan, planificar; Do, realizar; Check, comprobar; Act, actuar) es una libre adaptación Japonesa del Ciclo o Rueda de Deming. Mientras esta segunda resalta la importancia de la interacción entre las actividades relativas al estudio de las muchas variables, pero poco importantes que se encuentran en la Sociedad, el Ciclo PDCA. afirma implícitamente que se puede mejorar cualquier proceso de Gestión, que es el que nos ocupa.

Este Ciclo ha tenido su propio desarrollo, que es importante conocer, porque una modificación en el mismo puede justificar una modificación técnica en el desarrollo de los procesos que queremos estudiar, de la misma forma que detectarla.

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Ciclo PDCA. Original. Ciclo PDCA. Modificado.

Para Ishikawua, el Ciclo PDCA. (que el denomina círculo de control) es obra del Japón, que partiendo de la descripción del término “control” dada por Taylor (planifica, realiza y observa), lo desarrolla en seis categorías:

PLANIFICACIÓN: Determinación de objetivos cuantificables. Identificación de los métodos para alcanzar los objetivos.

REALIZACIÓN: Formación y Adiestramiento. Llevar a la practica lo aprendido en el puesto de trabajo.

COMPROBACIÓN: Comprobar los efectos de la puesta en práctica.

ACCIÓN: Adoptar las acciones más adecuadas.

Del modelo, podemos deducir:

1. Sobre la base de los resultados tenidos a lo largo de los procesos, determinación de que cambios han sido deseables.

2. Determinar la planificación de los cambios que han sido deseables. Estos, presumiblemente, se habrán plasmado en Documentos legales.

3. Observar los efectos de estos cambios, con las siete herramientas clásicas.

4. Estudiar los resultados.

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Resumen del ciclo.

5. Repetir paso 1 con conocimientos acumulados en Pasos 1 a 4.

6. Repetir paso 2,….

Es decir, se trata de realizar una Auditoría de Procesos, fundamentalmente referida a la observación de todos aquellos que tengan una incidencia especial sobre los criterios individuales y colectivos de solidaridad nacional.

El método que emplean en los análisis sociopolíticos es el mismo que se emplea en Ingeniería de Calidad, al igual que sus herramientas, pudiendo estructurar las diferentes Auditorías de la siguiente manera:

Auditoría de Objetivos: Es la que se refiere a los objetivos establecidos en la Política del Gobierno Central y del autonómico.

Auditoría de Sistemas: Es la que se refiere a la observación y análisis de los Sistemas, Organización y Procedimientos existentes. Los podemos encontrar en la Legislación desarrollada.

Auditoría de Procesos: Dedicando especial atención a aquellos que consideramos que influyen en el cambio de criterio de solidaridad nacional.

Auditoría de Resultados: Es la que se realiza sobre determinadas muestras extraídas de los procesos anteriores, para observar con minuciosidad y de acuerdo con el método, las posibles desviaciones habidas y su posible proyección en las consiguientes acciones correctivas y remediadoras.

Tanto la auditoria de procesos como la auditoria de resultados necesitan de elementos de control como encuestas, entrevistas, sondeos,…, que son los que nos diran donde hay que aplicar las acciones correctoras, remediadoras y preventivas en el proceso sociopolítico de formación de la Nación Vasca.

En las regiones autónomas donde rigen los principios nacionalistas, defienden un pueblo o una etnia unida por rasgos y características basadas en la lengua, la raza, la cultura y la religión. Es el caso que en España tenemos tres Comunidades Autónomas en las que una parte de la población se siente étnicamente diferente al resto de la población española, Vascongadas, Cataluña y Galicia. Analizando la lengua, la heterogamia, la homogamia, la aloctonía y la autoctonia, se pretendió determinar qué «pueblos» diferentes a los Iberos propiamente dichos pueden existir, siendo extremadamente importante lo que Obieta determina como la autodefinición o el derecho a la autodefinición.

El caso Vasco puede ser uno de los más interesantes a la hora de su análisis dada la cantidad de originarios advenedizos que se han sumado a las tesis nacionalistas durante finales del siglo XIX, todo el siglo XX y el XXI en el que nos vamos a centrar, siendo conscientes que similares movimientos se producen en las tres Comunidades mencionadas y que, principalmente en Vascongadas, se ha utilizado Ingeniería social. De ahí las mediciones para el control de procesos.

Para eso nació Naziometroa en 2020, aupada por la Universidad del País Vasco: como herramienta de control del proceso de creación de la Nación vasca; y que como colofón a las dos series de artículos que hemos realizado, «»La población y el nacionalismo vasco» (once artículos), y la «Violencia vasca, fundamentalismo, ejército y rebeldía» (cinco artículos) y, como muestra de que existen no solo puntos de control del proceso sino órganos institucionales que normalizan el seguimiento del mismo, mostramos el ejemplo palmario de esta institución, Naziometroa, y sus últimos resultados.

1. Muestra. Objetivos de Naziometroa

A través de Naziometroa, Telesforo Monzon eLab y Partehartuz Ikerketa Taldea de UPV-EHU pretenden analizar las opiniones y percepciones de la ciudadanía de Euskal Herria sobre cuestiones como la soberanía, el autogobierno, la independencia o temas entrelazadas con los mismos.

Entre los objetivos de Naziometroa figura medir el deseo de independencia, determinar la razones principales para ello frente a las del unionismo y medir las posiciones ante un Estado-República que aglutine a toda Euskal Herria en la coyuntura política del momento.

Se trata del único barometro de su naturaleza, ya que tiene como objetivo medir y analizar en exclusiva las opiniones de la ciudadanía vasca sobre su soberanía y los temas relacionados con la misma.

Naziometroa es un barómetro «nacional», abarca todos los territorios y ámbitos administrativos vascos y en consecuencia mide también la pujanza del soberanismo por territorios.

Este cuestionario en concreto se ha completado con 82 ítems, con una duración media de catorce minutos. El 30,8% ha respondido en euskara, el 57,4% en castellano y el 11,8% en francés. 

En esta medición se han relizado 610 encuestas en toda Euskal Herria. De ellas, 417 corresponden a Araba, Bizkaia y Gipuzkoa; 119 a Nafarroa; y 74 a Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa.

Los datos se han ponderado a continuación, en función de la distribución real de la población por territorios y teniendo en cuenta el recuerdo de voto en las elecciones en el Parlamento de Gasteiz, en el Parlamento de Nafarroa o en la primera vuelta de las elecciones municipales de la Comunidad de Aglomeración de Ipar Euskal Herria.

Se han realizado entrevistas online para menores de 65 años a partir del panel (comunidad de internautas). La ciudadanía fue elegida a través de cuotas por provincia, sexo y edad. En total se han respondido 466 encuestas online.

Para mayores de 65 años se ha utilizado el teléfono: polietápico y estratificado (teniendo en cuenta la dimensión del municipio y la provincia) hasta la elección de los municipios. Después se han usado rutas aleatorias; posteriormente la ciudadanía fue seleccionada mediante cuotas por sexo y edad. Se han contestado 144 encuestas telefónicas.

2. Resultados

Casi dos tercios de la ciudadanía de Euskal Herria (64,8%) considera como sociedad que el conflicto vasco «no está del todo cerrado, las cosas están por resolver». Es una de las principales conclusiones que se pueden extraer de la tercera medición de la encuesta Naziometroa, realizada en noviembre de 2021.

En referencia a la superación del conflicto vasco, a diez años de la Conferencia de Aiete y del anuncio del cese definitivo de la actividad armada de ETA, el 65,8% considera que «no está completamente cerrado» y que «hay cosas por arreglar». El 22,5%, en cambio, lo da por totalmente zanjado.

Por lo que se refiere a las cuestiones pendientes en este ámbito, se encuentran al mismo nivel tres cuestiones: el reconocimiento del daño causado tanto por parte de la izquierda abertzale como por el Estado español y la garantía de no repetición de torturas. En este apartado, Naziometroa no muestra una carencia que se imponga claramente sobre el resto. De este modo, aparece un primer bloque apoyado por el 38-40%, que reclama el reconocimiento del daño causado tanto a la izquierda abertzale como al Estado y al Gobierno español, y el mismo porcentaje alcanzan quienes demandan garantizar que las torturas no vuelvan a repetirse.

Un segundo bloque, de alrededor del 25-30%, lo conforman quienes escogen como cuestiones pendientes «la reinserción de los presos», «crear una mesa de diálogo entre el Gobierno español/francés y el Gobierno vasco/navarro/Comunidad de Aglomeración del País Vasco», «el reconocimiento del derecho a decidir de Euskal Herria» y que «la Ertzaintza y el Gobierno vasco reconozcan el daño causado».

Únicamente el 15,6% cree que la Declaración del 18 de Octubre de la izquierda independentista no tuvo ningún valor

Junto a ello, la mayoría de la sociedad vasca valora positivamente la declaración de la izquierda independentista del pasado 18 de octubre en Aiete, referida a las víctimas. El 53,9% le da una puntuación de 6 o superior, obteniendo una media de 6,14. En el lado contrario, quienes no le dan ningún valor suman solo un 15,6%, mientras que un 13,7% no se pronuncia.

La mayoría, por el derecho a decidir

Naziometroa destaca que casi dos terceras parte opinan que tanto la CAV como Nafarroa como la Comunidad de Aglomeración de Ipar Euska Herria «deberían tener derecho a decidir su futuro político». Quienes se muestran en contra se ubican en torno al 20%. La encuesta señala que, tras las subidas y bajadas registradas en la medición de la pasada primavera, en la actual vuelven a equipararse a los parámetros de noviembre del año pasado.

De este modo, la mayoría está a favor del Estado vasco (40,5%) mientras que el 29,2% está en contra. La pregunta establece que se ha llegado a un acuerdo de la mayoría de los partidos y que Madrid y París lo han aprobado, por lo que el referéndum sería totalmente oficial y no aceptado y no una mera consulta.

La diferencia entre quienes apoyarían el Estado vasco en un referéndum pactado y el resto ha crecido un punto

En esta hipótesis, la diferencia entre quienes aceptan el Estado vasco y no quienes no lo hacen es de 11 puntos, uno más que en el anterior sondeo. La pregunta cita a cada una de las tres comunidades (Nafarroa, CAV y Aglomeración de Ipar Euskal Herria) como sujetos de este referéndum.

Según el barómetro, la actitud hacia el Estado vasco de aquellos que dudan o que votarían en contra varía si se les pone ante diferentes tesituras. Por ejemplo, si el Estado propio aportara mejores políticas sociales, hasta un 40% de ellos estaría de acuerdo o muy de acuerdo con el nuevo Estado. El 37% modificaría su opinión si la secesión trajera mejores políticas de género, y el 33% si conllevase una mejor situación económica o si se garantizase la permanencia en la UE.

En la misma lógica, y en mayor medida, quienes apoyan el Estado vasco también varían su posición dependiendo de los condicionantes. El 49% se muestra en contra si supone salir de la UE, el 45% si no mejoran las políticas sociales, el 42% si no mejoran las políticas de género y el 32% si no implica una mejora de la situación económica.

Pero el hecho de que el referéndum fuese consensuado, en sí mismo, ya modifica notablemente la posición respecto al Estado vasco, según el barómetro. Si se pregunta simplemente sobre el grado de acuerdo con la independencia respecto a España o Francia, el 24,2% se muestra de acuerdo o muy de acuerdo, frente a un 46,2% en desacuerdo o muy en desacuerdo, mientras que un nada despreciable 22,3% señala «ni de acuerdo, ni en desacuerdo». Si la pregunta versa sobre un Estado vasco en un referéndum acordado, como hemos visto, la modificación es notable, ya que ese grueso de indecisos parece decantarse entonces por el estado propio, mientras algunos de los contrarios suavizan su oposición.

Igualmente, hay diferencias notables según los territorios. En la CAV, el 48% se muestra a favor del Estado vasco y el 23% en contra. En Nafarroa, por el contrario, las mayorías se invierten, con un 25% a favor y un 54% en contra.

La cuarta medición de Naziometroa, muestra un retrato muy similar al de anteriores ediciones en torno a la defensa o rechazo del derecho a decidir, siendo los favorables más que el triple de los opuestos.

En concreto, ante la pregunta de si cada uno de los ámbitos administrativos en los que se divide nuestro país debería tener derecho a decidir su futuro político, en Nafarroa el 66,4% de las personas encuestadas responde afirmativamente respecto a la Comunidad Foral de Navarra, frente a un 17,5% que opina negativamente y un 16,1% que no se posiciona. En la CAPV, el porcentaje de población favorable se eleva al 68,2%, por un 16,8% en contra, mientras que, en Ipar Euskal Herria, respecto a la capacidad de decisión de la Comunidad de Aglomeración del País Vasco las respuestas afirmativas representan el 63,1%, por un 19,1% de negativas.

El sondeo, elaborado a partir de 1.400 entrevistas a personas residentes en todo Euskal Herria entre noviembre de 2021 y el pasado mes de abril de 2022, muestra por otra parte que entre las fórmulas preferidas para la organización territorial del Estado español o el francés, el modelo que más apoyos cosecha es el de un Estado que reconoce a las comunidades el derecho a decidir, con el 31,5%. Son cuatro puntos más que quienes apuestan por un Estado «en el que las comunidades autonómicas/los territorios tengan más competencias/autonomía que en la actualidad». Por su parte, el 20,3% de las personas encuestadas preferiría mantener el modelo autonómico o de organización del Estado actual, y un 10,3% opta por un Estado más centralizado que el actual.

No hay grandes variaciones respecto a anteriores sondeos, aunque ante la pregunta de si «¿Consideras que si hubiera consenso político en el Parlamento Vasco / Parlamento de Navarra / Comunidad de Aglomeración del PaísVasco para decidir su futuro político en referéndum, el Gobierno de España / de Francia debería aceptarlo o prohibirlo?» sí que se aprecia un importante avance, de siete puntos, en las respuestas afirmativas, que pasan del 59,4% al 66,5%, y vuelven a los parámetros de la primera y la segunda medición. Por contra, quienes creen que los Estados deberían prohibir el referéndum bajan del 22,5% al 15,3%, el porcentaje más bajo en la serie.

Estado Vasco, con consenso y reconocimiento

También baja un poco, hasta el 22,4% –en el anterior sondeo estaba en el 26,4%– el porcentaje de quienes están «muy de acuerdo» o «de acuerdo» con «independizarse de España/Francia», la mitad de quienes están «muy en desacuerdo» o «en desacuerdo», que representan el 44,7% de los encuestados, mientras que el 24,3% dice no estar ni de acuerdo ni en desacuerdo.

Sin embargo, cuando se plantea la hipótesis de que «todos o la mayoría de los partidos políticos han acordado la celebración de un referéndum sobre el Estado Vasco y Madrid/París lo ha aceptado», de modo que «tanto el referéndum es totalmente oficial y reconocido», el 37,5% afirma que está a favor del Estado Vasco, casi ocho puntos por encima de quienes están en contra: el 29,7%.

Además, un 16,9% responde que opta por abstenerse, y el 15,9% no se posiciona al respecto.

Consenso en torno a una mayor relación entre instituciones

Uno de los puntos que más consenso genera es la ampliación de las relaciones entre las tres principales instituciones del país. Teniendo en cuenta los siete herrialdes, el 79% se muestra a favor de que Euskal Elkargoa, el Gobierno de Gasteiz y el de Iruñea estrechen sus relaciones. La mayoría es apabullante en la CAV (81%), pero resulta notable también en Nafarroa (67%).

El barómetro también pregunta sobre la opinión respecto a la unión de la CAV y Nafarroa en una sola Comunidad, a lo que el 46% responde a favor, y el 34% en contra.

El derecho a decidir es otro de los consensos que aflora, con un apoyo del 63% si hablamos de Euskal Herria entera. En la CAV, el 64,1% de los ciudadanos cree que Araba, Bizkaia y Gipuzkoa deberían poder decidir su futuro libremente, frente a un 19,4% que se muestra en contra. En Nafarroa, la correlación es de 63,4% a favor y 19,4% en contra, mientras que en Ipar Euskal Herria, se sitúa en un 58% favorable y un 21,4% contrario.

Este apoyo al derecho a decidir no se erige, según el barómetro, como reacción a la situación actual, sino que parte de ella. Es decir, el 55% de los vascos se muestran satisfechos con los respectivos marcos legales (Estatuto de Autonomía en la CAV, Amejoramiento en Nafarroa y Euskal Elkargoa en Ipar Euskal Herria). Sin embargo, solo el 18% defiende mantenerse en el estatu quo actual. El 34% desea vivir en un Estado que reconozca el derecho a decidir, mientras que el 30% defiende un Estado en el que las Comunidades Autónomas tengan más competencias que en la actualidad.

Conclusiones generales de los artículos.

Al estudiar el análisis de los procesos que definen el problema que subyace en la negativa de integrarse en un todo de la Nación española, la falta de identificación individual y colectiva con los valores Nacionales, ha sido necesario interrelacionar campos o disciplinas de una gran diversidad.

    La simplicidad intelectual argumentada por el antropólogo Max Gluckman y el economista Ely Devons en el tratamiento interdisciplinar respecto a que las asunciones rudimentarias, que ignoran o simplifican en demasía la investigación base de otras disciplinas, son elementos esenciales para una apropiada descripción de problemas mucho más complejos como el que estamos tratando, es un argumento no aplicable a este estudio.

    No se pueden aceptar asunciones rudimentarias sobre tratamiento de datos, teorías, aplicaciones del Derecho, Sociología, Psicología Social, Ingeniería Social, etc., que son esenciales para el objeto de la investigación. Para estar en disposición de evaluar las hipótesis, ha sido necesario tener en cuenta aspectos de estos campos con el fin de comprender mejor las presunciones que se realizan en determinadas disciplinas.

    El estudio puede llevar a la comprensión del conflicto global en las autonomías citadas sobre la base de la teoría intercultural (socioestructural y psicocultural complementariamente). Al finalizar el estudio se incide en lo que Marc Howard Ross denomina disposiciones psicoculturales sin excluir el otro elemento explicativo. Se considera que este aspecto se puede contemplar suficientemente al aplicar las herramientas de Diagrama de Afinidad, Diagrama de Relaciones, Diagrama de Arbol y Diagrama Matricial.

    Deducimos de la aplicación de las teorías de Asch y de Moscovici que los grupos de poder, en su manipulación de los grupos sociales, persiguen y defienden intereses que las explicaciones estructurales, organización de la Sociedad, infieren de la misma. El análisis nos permite encontrar dos posibles fuentes de estos intereses para la comprensión del conflicto, que debemos analizar con objeto de obtener conclusiones:

    1. El primer conjunto de intereses está relacionado con la complejidad socioeconómica y política de la sociedad vasca. La estructura organizativa del Estado en estas Regiónes determina una capacidad de autogobierno que define unos intereses específicos. Estos intereses específicos no se han forjado a través de una interacción o intercambio constructivo: existían y existen intereses antagónicos. Es decir, la organización del Estado parece que ha sido concebida como una solución estructural a un problema, que también tiene un alto contenido psicocultural en las Comunidades del País Vasco y Navarra.

    2. La organización social refuerza a un solo sector dominante, lo que no da lugar a que estos intereses sean coincidentes; no se entrecruzan unas partes con otras. Desde esta perspectiva es difícil armonizar los intereses y es por ello por lo que se presta especial atención a la posibilidad de intervención de presuntas terceras partes. Ha sido y es pública la voluntad de los nacionalistas vascos moderados en la asunción de este papel, aunque, en la realidad, pueden ser parte interesada en la resolución del conflicto hacia las tesis de uno de los contendientes.

    Como se deduce de la aplicación de las teorías de interacción entre grupos, el conflicto en sí no es algo que sea deseable o indeseable: son los costes del conflicto los que debemos de tener en cuenta. De esta manera podremos entender como la ausencia de conflicto en los regímenes autoritarios tienen también un coste que se materializa en unos niveles de represión. Al enjuiciar el conflicto debemos de tener en cuenta no sólo los objetivos de los contendientes, sino si hay otras formas menos costosas de conseguirlos.

    Llegados a este punto se deben definir costes y tipos de coste. En un problema o conflicto de estas características y envergadura no se trata de cuantificar los daños materiales y humanos que pueda realizar un determinado grupo sobre los demás, que pueden ser cuantiosos si tenemos por principio que la vida humana tiene un valor inestimable, sino de las consecuencias que tiene sobre las percepciones y conductas que pueda adoptar la mayoría. Estamos hablando del proceso de influencia que desarrollan esos grupos disidentes, de costes intangibles de difícil cuantificación, que se desarrollan a largo plazo y que tienen como objetivo principal romper el grupo mayoritario y acercar las fracciones hacia sus tesis para incorporarlas a su movimiento, conformándose como el principal motor de alimentación del conflicto como ha sucedido.

    Los intereses de los grupos o de los individuos constituyen una razón invocada como móvil de acción para la organización social, política y económica. Dos premisas apoyan este punto de vista en la Región que estamos analizando: una, es que los intereses están claramente localizados en la misma y, la otra, es que gran parte de la acción se puede explicar según tales intereses.

    Sin embargo, la teoría de los intereses no es capaz de explicar la conducta humana. El uso efectivo del interés como mecanismo, exige investigar qué intereses de grupo y de individuos se intentan maximizar en esta Región en vez de asumirse a priori lo que son.

    El conflicto que estamos tratando es una acción colectiva que ha emprendido una de las partes al enfrentarse a intereses divergentes y objetivos incompatibles. No podemos afirmar que esto se haya traducido en acciones unilaterales. Aunque el término conflicto tiene la connotación de acontecimiento, es muy útil concebirlo como un proceso que recoge una secuencia de respuestas o reacciones que mutuamente experimentan las partes en liza.

    El examen del conflicto nos deja ver diferentes niveles en los que existe una lucha manifiesta. La negación de España en todas sus vertientes es una manifestación más de esta lid en el ámbito social.

    Pero lo importante es ver que el conflicto ocurre en un asentamiento cultural específico. Ver el conflicto como una conducta cultural nos puede ayudar a explicar por qué las soluciones estructurales, de organización del Estado en Autonomías, no ha servido para encauzar el mismo, sino para enconarlo. Las interpretaciones que hacemos de las soluciones estructurales tampoco son convergentes y sirven para dirigir y orientar procesos psicoculturales que defienden las tesis de los grupos contendientes.

    La cultura perfila lo que la gente considera de valor y digno de luchar por ello; en esto se encuadra la inversión en determinados bienes, el status social, los cargos, etc. Las diferencias culturales pueden dar razón de por qué la gente, en un determinado marco, siente que sus intereses están amenazados por una cierta circunstancia, mientras que en otro lugar, los individuos enfrentados a lo que parece ser una circunstancia idéntica, no creen ni por asomo que sus intereses estén en peligro. De aquí la utilización con todo su potencial de la herramienta Análisis Factorial con la que se podría comparar los resultados en distintas Autonomías y territorios en este País Vasco imaginario, Euzkal-Herria.

    “El conflicto está compuesto por una conducta interpretativa y unas disposiciones psicoculturales. Aunque los contendientes no tienen dificultad para citar las bases objetivas del litigio, lo que de verdad sorprende es el número de diferentes patrones culturales de respuesta a la misma supuesta acción provocadora”. De esta afirmación, podemos deducir que las situaciones objetivas por sí solas no causan el conflicto, las interpretaciones juegan un papel fundamental.

    El impacto de la cultura en el conflicto aparece, como hemos dicho antes, en varios niveles. En el ámbito social puede apreciarse en las diversas normas, prácticas e instituciones presentes en la sociedad vasca. En el ámbito individual, la cultura influye en la elección de las estrategias y tácticas por parte de los contendientes.

    Aunque todas las sociedades tienen una cultura del conflicto que le es propia, el análisis se ha concentrado durante toda la serie de artículos sobre los patrones generales de las sociedades de las distintas Autonomías y provincias que configuran la Nación imaginaría por los nacionalistas. Las peculiaridades de cada uno de esos patrones nos dirán como la cultura afecta al conflicto y nos mostrarán como el conflicto es instrumentalmente visto como una conducta cultural que refleja lo que las personas valoran, los conceptos que esta gente tiene de los amigos, de los enemigos, y los medios de los que se valen los grupos y los individuos para conseguir sus propósitos.

    Si queremos entender los resultados de una posible manipulación del conflicto, es imprescindible que seamos capaces de reconocer la importancia tanto de las disposiciones psicoculturales, como de los intereses que subyacen en la estructura social. Dado que tanto la teoría psicocultural como la estructural explican de forma diferente el conflicto, implícitamente recomendarán estrategias distintas.

    El argumento que se defiende en este estudio, apoyado en la teoría intercultural de Marc Howard Ross, es que la cultura del conflicto desarrollada en esta Región posee patrones típicos de escalada, de redefinición de nuevos bandos, que tiene componentes tanto estructurales como psicoculturales. Redefinición que tiene su expresión, entre otras, en la negación individual y colectiva de España que es una característica intrínseca al sentimiento de pertenencia a un grupo o colectividad. De esta manera podemos ver que esta negación en todas sus vertientes es una consecuencia de una divergencia de intereses, por un lado, y de percepciones o interpretaciones por otro. Lógicamente, cada uno de esos dos factores o grupo de ellos tendrá su peso y, por tanto, las estrategias que se habrán de aplicar en la resolución del conflicto tendrán éxito en la medida en que se preste atención a ambos. De hecho, la intensidad de los factores psicoculturales es tan grande que, hasta que no sean dirigidos en la consecución de interpretaciones que, al menos, no sean antagónicas, no podrán salvarse las diferencias de índole estructural que separan a los adversarios.

    Samuel P. Huntington cita a un demagogo nacionalista veneciano que aparece en una novela de Michel Dibdin, “Dead Lagoon”, que expresaba lo siguiente: “No puede haber verdaderos amigos sin verdaderos enemigos. A menos que odiemos lo que no somos, no podemos amar lo que somos. Éstas son las viejas verdades que vamos descubriendo de nuevo dolorosamente tras más de un siglo de hipocresía sentimental. ¡Quiénes las niegan, niegan a su familia, su herencia, su cultura, su patrimonio y a sí mismos!. No se les perdonará fácilmente.” Para pueblos que buscan su identidad y reinventan la etnicidad, dice Huntington, los enemigos son esenciales. La funesta verdad de estas palabras describe en toda su profundidad la gravedad del conflicto que estamos analizando: las cosas están por resolver.

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